Se ha emprendido una campaña de desinformación, a través de los medios de comunicación que la actual administración municipal, ha favorecido con millonarios desembolsos por concepto de pauta publicitaria.
Una campaña que a tres meses de finiquitar su mandato, no es gratuita y menos desinteresada, a juzgar por al menos cinco de los eventuales motivos que la pueden inspirar.
Primero. Ocultar en tiempo de elecciones la ineptitud de la administración, a fin de evitar un revés electoral a los once concejales que siempre le votaron favorablemente.
Segundo. Eludir el cumulo de irregularidades denunciadas por el concejal Pedro Pablo Salas, ya que los jueces han encontrado fundamento legal para proceder en derecho.
Tercero. Aprovechar las nuevas facultades para contratar y girar en los meses de noviembre y diciembre, el superávit presupuestal de 57 mil millones que registran las arcas municipales.
Se quiere dejar a la próxima administración hechos cumplidos, y toda la responsabilidad en la ejecución de la obras.
Cuarto. Dejar finiquitado el negocito que fortuitamente ha surgido con el holding holandés HSV, para el funcionamiento de Makro en Tunja.
Con el manido cuento del desarrollo, se busca exonerarlo del pago de los miles de millones de pesos que se causarán en impuestos durante diez años, a cambio de los treinta o veinte empleos que ofrecerá en actividades de servicios generales a la comunidad tunjana.
Quinto. Demeritar la exitosa gestión de control político ejercida en los últimos cuatro años por el concejal Pedro Pablo Salas, con la esperanza de socavar el apoyo que el pueblo tunjano siempre le ha prodigado.
Irresponsablemente, la vida de éste concejal ha sido puesta en grave riesgo, hecho ante el cual, la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo deben tomar acciones correctivas y preventivas.
Tunjanos, desinformar y polarizar la opinión pública, es la estrategia que hoy se implementa en la ciudad, para soslayar la acción que adelantan jueces de la República, y promover la agresión sobre quienes le han formulado a la administración municipal fundamentados reparos.
Una campaña que a tres meses de finiquitar su mandato, no es gratuita y menos desinteresada, a juzgar por al menos cinco de los eventuales motivos que la pueden inspirar.
Primero. Ocultar en tiempo de elecciones la ineptitud de la administración, a fin de evitar un revés electoral a los once concejales que siempre le votaron favorablemente.
Segundo. Eludir el cumulo de irregularidades denunciadas por el concejal Pedro Pablo Salas, ya que los jueces han encontrado fundamento legal para proceder en derecho.
Tercero. Aprovechar las nuevas facultades para contratar y girar en los meses de noviembre y diciembre, el superávit presupuestal de 57 mil millones que registran las arcas municipales.
Se quiere dejar a la próxima administración hechos cumplidos, y toda la responsabilidad en la ejecución de la obras.
Cuarto. Dejar finiquitado el negocito que fortuitamente ha surgido con el holding holandés HSV, para el funcionamiento de Makro en Tunja.
Con el manido cuento del desarrollo, se busca exonerarlo del pago de los miles de millones de pesos que se causarán en impuestos durante diez años, a cambio de los treinta o veinte empleos que ofrecerá en actividades de servicios generales a la comunidad tunjana.
Quinto. Demeritar la exitosa gestión de control político ejercida en los últimos cuatro años por el concejal Pedro Pablo Salas, con la esperanza de socavar el apoyo que el pueblo tunjano siempre le ha prodigado.
Irresponsablemente, la vida de éste concejal ha sido puesta en grave riesgo, hecho ante el cual, la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo deben tomar acciones correctivas y preventivas.
Tunjanos, desinformar y polarizar la opinión pública, es la estrategia que hoy se implementa en la ciudad, para soslayar la acción que adelantan jueces de la República, y promover la agresión sobre quienes le han formulado a la administración municipal fundamentados reparos.