viernes, 28 de febrero de 2014

¿A VOTAR POR NADIE?

Aprovechando el clima de indignación forjado por las jornadas de protesta que han protagonizado el movimiento estudiantil, campesino, minero, social y popular en todo el territorio colombiano, surge  la propuesta de votar en blanco.

“A votar por nadie, porque nadie me da nada”, es la invitación que se formula,  con la pretensión de renovar el Congreso e impedir la reelección del presidente Juan Manuel Santos, pero guardando silencio sobre las precariedades de nuestro sistema electoral.

Una invitación que supone falazmente que todos los partidos políticos y todos los candidatos que se presentarán al próximo debate electoral, son corruptos o ineptos y por tanto merecedores de una sanción social.

Una postura moralista que no valora adecuadamente la trascendencia política de la presente coyuntura, y que de ñapa patea la ética con irresponsable facilidad, al meter a Raimundo y todo el mundo, en el costal de la corrupción.

Sus promotores aseguran que en solo dos días cambiarán la historia del país, sin necesidad de esperar veinte o más años; es más, dan por cierto que con un solo voto de más, es posible barrer con toda la clase política tradicional de Colombia y construir una sociedad en paz y con justicia social.

¿Creen Ustedes que el umbral no será alcanzado por los Partidos de la Unidad Nacional? NO. Ese problema tendrán que sortearlo con esfuerzo y apoyo del pueblo colombiano, partidos como el Polo Democrático o la Unión Patriótica.

No olvidemos que el gobierno ha financiado con los billones de la “mermelada” y OPS, a parlamentarios de los demás partidos, a condición de apoyar la reelección y sus locomotoras.

¿Será que con solo un voto de más, se impedirá la reelección del presidente Santos? NO. El artículo 9 del Acto Legislativo No 1 de 2009, exige que para poder repetir las elecciones, el voto en blanco debe lograr la mayoría del total de los votos válidos, esto es la mitad más uno.
       
Es claro entonces que el voto en blanco a través de la cifra repartidora, perjudicará la permanencia de los partidos minoritarios,  brindará un tanque de oxígeno a las cuestionadas políticas Uribe – Santos y facilitará la reelección.

Votar por nadie, es botar una oportunidad histórica, justo cuando el ruido de las cacerolas aún se escucha, increpando la inequidad y corrupción de nuestro sistema económico, social y político.


Votar en blanco, es negarle a los partidos que han acompañado las luchas de nuestra gentes, la posibilidad de legislar o gobernar en nombre de todos los sectores indignados de Colombia.

domingo, 16 de febrero de 2014

NUESTRA MISERIA


Hay padres a los que les queda grande esa condición, y que por su comportamiento irresponsable, deberían ser judicializados en forma ejemplarizante por las autoridades responsables de proteger a nuestras niñas (os) y jóvenes.

No hay derecho, para que a un joven el abandono de su familia,  la indiferencia de la comunidad y el silencio de las autoridades, no le brinden la oportunidad de aprender algo más que el cacareo de las gallinas y el ladrido de los perros.

Cuánta indignación deberíamos sentir, al contemplarlo deambular desnudo por la vereda de Tocabita, bajo la mirada indolente de quienes aceptan tal infamia diciendo que es un “enfermito”.    
   
Un joven que en medio de tanto descuido, cojea,  porque las uñas de los pies han adquirido tal extensión, que terminaron por cercarle dolorosamente la punta de sus dedos.

Y en medio de tanta indolencia, algunas autoridades municipales de Floresta, creen que su obligación solo llega hasta regalarle de vez en cuando un paquete de pañales desechables, para ocultar que la incontinencia urinaria de ese joven, necesita ayuda médica y terapéutica.

En medio del silencio y la desidia, Arley es diariamente victimizado de la peor manera, por quienes se supone debería proteger su existencia afectada por el síndrome de down.

Quince años, sin que nadie haya mostrado el menor interés por hacer respetar sus derechos. Una vida que ha comenzado a marchitarse en el desamparo, mientras la sarna invade su delgado cuerpo.

No sé si éstas líneas puedan estar en algún instante al alcance la Dirección de Bienestar Familiar, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría o la Fiscalía; solo deseo que quienes ya conocemos ésta vergüenza, podamos unir esfuerzos para que cese el oprobio.

La condición inhumana y degradante que sufre Arley, no debe tener ninguna oportunidad de repetirse, debemos exigir que en los presupuestos de nuestros municipios, la discapacidad y en especial la cognitiva, tenga recursos para garantizar procesos terapéuticos y de rehabilitación para nuestras niñas (os) y jóvenes.

Esa debería ser la primera obligación de todo alcalde, pero la mirada de ellos no se aparta de los beneficios que depara la contratación de obras civiles y nóminas paralelas, mientras nuestra juventud  sucumbe en el abandono.