domingo, 24 de julio de 2011

DESAPARECIÓ

El niño Luis Alberto Ramírez Hernández desapareció del internado en el Centro Juvenil Emiliani, a donde fue remitido por el ICBF Boyacá; se evaporó, nadie da ninguna razón, a sus padres nadie les da una explicación.

Esta realidad agobia hoy a una familia tunjana, -que sobrevive del trabajo de reciclaje que realiza en las calles de la ciudad de Tunja-, sin que las autoridades a las que acudió le brinden una esperanza.

Luis Alberto era estudiante de séptimo grado en la Institución Educativa Silvino Rodríguez, hasta el día en que la intolerancia comenzó a estigmatizarlo y discriminarlo por la actividad económica que desarrolla su progenitora.

Una gran estupidez, que los docentes no lograron soslayar a tiempo y terminó por sacar a Luis Alberto de las aulas de clase, inicialmente al patio de recreo y finalmente a la calle ó cualquier parque de la ciudad.

Es por ello, que su progenitora atendiendo sugerencias de amigas y vecinas, termina acudiendo a ICBF Boyacá; donde el 15 de Julio de 2010 toman la decisión de ordenar su internado en el Centro Juvenil Emiliani.

Doña Gloría acepta la decisión por el bienestar de su hijo, y comienza a visitarlo los días domingo, hasta que el 24 de Septiembre de 2010, Luis Alberto se evapora del centro educativo.

A Doña Gloria nada se le dijo, ella se enteró el 27 de Septiembre a las 5 p.m. a través de un padre de familia; de inmediato acudió al Centro, pero el profesor que la atendió no le dio ninguna explicación, ni pudo hablar con el padre rector.

Según un compañerito, Luis Alberto fue severamente castigado porque jugando con un balón rompieron el vidrio de una ventana. Desapareció, y el silenció se obstina en cubrir las circunstancias que rodean éste hecho.

Nadie sabe qué pasó con el niño Luis Alberto, pareciera que el ICBF y el Centro Juvenil no se han percatado de la enorme responsabilidad, pero a Doña Gloria se le amenaza con hacerla arrestar de la policía, si continua molestando.

sábado, 16 de julio de 2011

LA DISCULPA

Cuando el telón esta por caer, se busca angustiosamente, señalar como responsables de la pésima gestión que registra la actual administración municipal, a los concejales del Partido Liberal y sobre todo, al concejal de Polo Pedro Pablo Salas.


Una inaudita disculpa que molesta, porque con ella no solo se irrespeta la inteligencia del Pueblo Tunjano, sino que busca trasladar a otros, la inocultable responsabilidad de tanta ineptitud.


Estoy convencido que al escuchar al mandatario local exclamar “…que me dejen trabajar, por Dios, no metan más palos a las ruedas…” los 34.600 votos que obtuvo en su elección, fruncen arrepentidos el ceño.


“…que me dejen trabajar, por Dios…” es una evocación soslayada de esa disculpa que nadie acepta, ya que el único responsable es nuestro alcalde, por querer improvisar brincándose cuanta normatividad existe.


Esa es la única explicación, al cumulo de demandas que ha recibido en su ejercicio la administración de “Para Tunja…Lo Mejor”, y que cursan en juzgados de la ciudad.


“…no metan más palos a las ruedas…”, parece ser el reclamo de alguien a quien le han frustrado una faena redonda, una tarea perfecta; y no es verdad, la realidad es absolutamente opuesta.


Tunja es hoy una ciudad en ruinas, varios miles de millones desembolsados por la administración anterior, son hoy obras inconclusas, a las cuales le dieron en ésta administración nuevos recursos o se recibieron sin finiquitar.


Las mega obras como el Parque de La estancia EL Roble, Plaza de mercado de Oriente, han comenzado a ser desplazadas por su mentor en el cuadro de prioridades.


Los mega andenes los desbaratan por deficiencia en los diseños, o simplemente porque los estudios que apoyaban la peatonalización del Centro Histórico, fueron ignorados, para favorecer a los empresarios del transporte urbano.


Cuando todos esperábamos sinceridad en el mandatario local, él decidió sacarle el Q-erpo a las responsabilidades, a pesar de las innumerables quejas y acusaciones que adicionalmente cursan en Procuraduría, Contraloría, Personería y Defensoría del Pueblo.

lunes, 4 de julio de 2011

PEDRO DIARIO


El Diario cumplirá 15 años, y hablar de él nos remite necesariamente a Pedro Esaú Mendieta, su gestor y gerente. Un boyacense obsesionado con el periodismo ejercido desde la verdad y la ética.


Una labor, que ha favorecido los intereses de la comunidad boyacense, pues ha sido una tribuna responsable y profunda de la denuncia social, política y económica.


A Pedro Esaú, mi más cálido y afectuoso respeto por la labor cumplida, ha hecho de El Diario, la caja de resonancia de la voz de nuestras gentes y regiones, en contra de la corrupción e impunidad de nuestro gobernantes y dirigentes.


Si la Voz del Pueblo es la voz de Dios, no me cabe ninguna duda, en Boyacá El Diario es el medio que fiel y solidariamente la reproduce, por ello valoro en grado sumo, el significativo contenido de opinión que alberga en cada una de sus ediciones.


Con el profesionalismo de siempre, el rostro de El Diario ha evolucionado favorablemente, su imagen primigenia en tamaño tabloide europeo evolucionó rompiendo paradigmas, y adoptó eclécticamente su presentación tamaño carta.


Dentro de esa lógica empresarial, adoptada con el propósito de maximizar el uso del papel periódico, y ésta vez bajo la acertada diagramación de Carolina Mendieta y Miguel Ángel Montañéz, El Diario comenzó a presentarse a partir del año 2009 en tamaño cuarto de pliego.


Se mejoró sustancialmente el contenido, la fotografía de Hisrael Garzón Roa adquirió gran protagonismo, aparecieron secciones nuevas como entretenimiento y curiosidades,
Se animaron nuevos columnistas y la voz de la ciudadanía comenzó a crecer, a las Reflexiones de Teófilo de la Roca y el popular Tinto Oscuro del poeta León Humberto Mojica Salazar, se unió La Misma, Pazquinar y El Iguaqueño.


Hoy, convertido en quinceañero, acoge a reconocidos académicos como Armando Suescun Monroy y Edilberto Rodríguez Araujo, cuyas opiniones se unen al esfuerzo de Pedro Diario por formar en Boyacá una nueva ciudadanía para el cambio.


Pedro Diario la vida de un soñador, construyendo opinión por la salud de la hermosa tierra boyacense, a él y a esa gran familia mi abrazo fraterno y mi lealtad siempre.