En el Centro Histórico de
nuestra ciudad, aplique una encuesta los días 26, 27 y 28 de Agosto, con el único
propósito de establecer la intención de voto de los tunjanos.
Un reto que asumí bajo el
amparo de la ética, sin los pergaminos que exhiben en cada contratación las
agencias de consultoría, pero con la tranquilidad de tener la mira puesta en la verdad y no en el billete.
El ciudadano encuestado,
solo debía marcar una equis para responder con agilidad y eficacia “…Por quién
votaría, si hoy se eligiera Alcalde de Tunja y los candidatos fueran…”
Procesada la información, de
los resultados globales surgió llamativo el Voto en Blanco, pues el 22.0% de
los tunjanos encuestados, lo identificaron por convicción o desgano, como su
opción para las elecciones del próximo 25 de octubre.
Este candidato impersonal,
es con cinco puntos porcentuales menos, la segunda opción para los tunjanos,
que perciben preocupados que en la ciudad con mera publicidad o desinformando,
es posible convertirse en Alcalde.
A dos meses de la elección, los candidatos y sus
campañas pueden estar tranquilos, nada es irremediable y con éste resultado algo
es posible hacer para contrarrestar la apatía que agobia a los tunjanos.
Sin embargo, es claro que la
ausencia de propuestas que transformen la ciudad, tiene aburridos entre otros, a
los propietarios de establecimientos comerciales y ventas informales, pues
muchos de ellos se preguntan ¿qué va a pasar con nosotros?
En éste sector, que es el de
mayor trascendencia para la economía local, el dilema parece ser ¿Votar o No? Y
quizá por ello, el 28.4% de los encuestados han optado por marcar como alternativa,
el voto en blanco.
Algo con lo que también se
identifica, el 17.5% de los tunjanos que absolvieron la encuesta mientras
degustaban plácidamente un tinto, en alguna de las cafeterías que funcionan en la
tradicional Vuelta al Perro y Pasaje Vargas.
Cuando pagar cuñas y pegar
afiches, solo ha logrado enclaustrar en la desesperanza al ciudadano, resultan vergonzosas
las mezquinas prácticas de guerra sucia, adoptadas para “borrar” al adversario
político y desorientar al elector.
El Pueblo Tunjano merece
respeto, por lo cual, hago un llamado a los organismos estatales de control,
veedurías ciudadanas y organizaciones sociales; para que en nombre de la
decencia, ayuden a denunciar a quienes acuden a éste tipo de comportamiento.