La UPTC está convertida en estos momentos, en campo de
batalla de los grupos de la politiquería regional, con el deseo de hacerse al
manejo de sus recursos presupuestales, a través de un revolcón en la asignación
de esa torta burocrática.
Una disputa que puso a la rectoría en el centro de la más
feroz controversia, y que ha llevado a los contendientes a cuestionar todo y a
todos, a fin de apoderarse de ese jugoso pastel.
Siendo ese el meollo del asunto, es claro que el Pliego
de Peticiones radicado el 17 de mayo por los estudiantes, tendrá que esperar a
que se defina quién o mejor qué grupo político tomará el control de la
administración de la universidad.
Mientras tanto, es claro que temas como autonomía,
democracia y bienestar que reivindica con sobrada razón el movimiento
estudiantil, no tendrán ninguna mejora manteniendo la universidad cerrada.
Y si por el contrario, de persistir la parálisis
académica y administrativa, se corre el riesgo de ser idiotas útiles de alguno
de esos actores o de brindar oportunidad a las componendas de éstos.
No olvidemos, que la politiquería ha estado enquistada desde
hace muchas décadas en la universidad, y que se mueve en ambas orillas del rio,
gracias a que el movimiento estudiantil ha sido desgastado y se tiene la
complicidad de algunos dirigentes sindicales.
Recordemos que en el pasado, la administración logró el
silencio y en no pocas ocasiones el apoyo de los demás estamentos
universitarios, gracias al otorgamiento de beneficios individuales.
La invitación al estudiantado uptcista, es a exigir que
la negociación se desarrolle en forma eficaz y con la UPTC abierta, teniendo claro
que su problemática es esencialmente y en su orden política, presupuestal,
académica y administrativa.
Ese dialogo debe desarrollarse al más alto nivel
decisorio, porque de lo contrario el tiempo pasa sin resultados y el apoyo al
interior de la universidad se erosiona.
Tengamos en cuenta, que llegado el momento y como ha sido
costumbre, las autoridades optarán por desorientar a la comunidad boyacense, a
través del manejo informativo de esa negociación y de la real situación de
nuestra universidad.