Advertía frente a las
elecciones parlamentarias, que solo la unidad de la Izquierda y el Progresismo,
su capacidad para organizar y movilizar al pueblo colombiano y un contundente
resultado en ellas; impedirían que el fascismo pusiera en marcha las opciones
de entrampamiento, fraude, golpe de estado o magnicidio.
No debe resultarnos extraño entonces,
que el desconocimiento del mandato popular comenzara a fraguarse el 6 de marzo en
el exterior, con el comportamiento antidemocrático del cuerpo diplomático del
gobierno de Iván Duque.
Abiertas las votaciones, las denuncias
en las redes sociales hablaban de la negativa a entregar el tarjetón del Pacto
Histórico y de promover la consulta del Equipo Colombia, de votantes cuya
cedula nunca apareció en los listados de electores y de
numerosas suplantaciones de identidad.
De ahí, que el domingo 13 de
marzo las amenazas de fraude comenzaron a rondar las 112.000 mesas de votación que
dispuso la Registraduría Nacional, exigiendo la mejor disposición de los
testigos electorales de la Izquierda y el Progresismo.
Sin embargo, lo que se temía ocurrió. Las plataformas digitales de la Registraduría dejaron temporalmente de funcionar correctamente y comenzado el preconteo, se multiplicaron por doquier, las denuncias sobre irregularidades en los formularios E14.
Adicionalmente, se conoce que
1.079 mesas operaron sin haber sido informadas por la Registraduría, que en
29.425 no se registraron votos del Pacto histórico y que en 23.072 se presentó
doble contabilización.
No obstante, lo
aquí señalado y que es de público conocimiento por diversas fuentes, la MOE a
pesar de reconocer la gran cantidad de irregularidades, ha indicado que “…Nosotros
hasta éste momento no encontramos indicios para señalar que hay fraude ni
orquestado desde las autoridades electorales o por terceros…”
Cada uno hará su propia
valoración, lo cierto es que el fantasma del
fascismo anda suelto y no debe subestimarse la orden impartida por el ex presidente
Álvaro Uribe Vélez, de no aceptar el resultado electoral.
Por lo pronto, no es
recomendable bajar la guardia y la veeduría debe continuar; ya que Fuerza
Ciudadana, organización que apoya la candidatura presidencial de Gustavo Petro,
también ha sido afectada quedando en riesgo su personería jurídica.
La señal de peligro se
ha encendido y en mi opinión, la Dirigencia del Pacto Histórico y de las
Organizaciones Políticas que lo conforman, deben informar a la Comunidad
Internacional y asumir la tarea de organizar los Comités Municipales del Pacto,
para responder adecuadamente, las agresiones que sobrevendrán contra la vida,
la paz y la Democracia.