Como se recordará, el 29 de noviembre de 1.947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la desafortunada Resolución No 181, conocida como la RESOLUCIÓN DE LA PARTICIÓN, con la que se inauguran 75 años de agresión al Pueblo Palestino, al ordenar sin consultar la voluntad de su Pueblo, que en la Palestina Histórica sean creados un Estado Judío y un Estado Árabe.
El Estado de facto de
Israel, goza del reconocimiento internacional, pero no así el Estado Árabe de
Palestina, y por el contrario, ha sido víctima de ocupación violenta de su
territorio, expropiación y genocidio de su pueblo.
En 1975 la ONU estableció
el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, con
el mandato de asesorar a la Asamblea General, sobre los programas destinados a
garantizar el disfrute de tales derechos.
Sin embargo, en 7.5 décadas
nada se ha hecho para garantizar efectivamente la independencia, soberanía y
autodeterminación del Pueblo Palestino; pero se acepta en silencio que la
dirigencia sionista que gobierna Israel, impida el regreso de los Palestinos
que han y están siendo desalojados desde 1.947 de sus propiedades.
Aunque suene risible, desde el
29 de noviembre de 1.977, las Naciones Unidas conmemoran el DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO, con el propósito que la Comunidad Internacional
centre su atención, en el hecho que LA CUESTIÓN DE PALESTINA no ha sido
resuelta.
Sin mencionar que mientras
los Estados Unidos de Norteamérica sean la nana de Israel, Francia y el Reino
Unido de Gran Bretaña secundarán a la Casa Blanca, para que en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, no se reconozcan al Pueblo Palestino sus
derechos.
Éste 29 de noviembre,
teniendo como telón de fondo el GENOCIDIO EN GAZA, sobran los mensajes protocolarios
y las reuniones a puerta cerrada para expresar solidaridad con el Pueblo Palestino.
Se impone la necesidad de movilizarnos,
para solicitar a la Corte Penal Internacional, la investigación del Genocidio
Sionista y el juzgamiento de los responsables; a tiempo que se debe exigir al
Consejo de Seguridad, el reconocimiento pleno del Estado de Palestina y su capital
Jerusalén.
Éste 29 de noviembre,
el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, debe
repensar el contenido y alcance de la sesión extraordinaria que rutinariamente
celebra cada año en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
La coyuntura exige la
devolución de todos los territorios ocupados por el Estado de Israel en
Palestina y el Medio Oriente. Esa y no otra, debe ser la exigencia de la
Dirigencia y Resistencia Palestina a la Comunidad Internacional.
Éste 29 de noviembre ante
una Unión Europea que ha ignorado los gritos de auxilio proveniente de la
Franja de Gaza, otra debe ser la forma y objetivo de la conmemoración del Día
Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino en las oficinas de las
Naciones Unidas en Ginebra y Viena.
Éste 29 de noviembre, la
Misión Permanente de Observación de Palestina, debe trascender los acostumbrados
eventos culturales sobre los derechos del Pueblo Palestino, para sugerir que
los costos de la reconstrucción sean asumidos por el sionismo israeli.
La Masacre en Gaza exige
imponer el alto al fuego con presencia de contingentes de los Cascos Azules,
integrados por fuerzas militares de Asia, África y América Latina; a fin de
lograr mantener la paz y garantizar la investigación de los crímenes de guerra
del Sionismo en Palestina.
Éste 29 de noviembre, quizá
por primera vez, las voces de muchos pueblos en el Planeta Azul se unirán a la
Resistencia Palestina, y al unísono exigiremos el fin de la ocupación,
apartheid y genocidio.
Los 5.840 niños y las 3.920
mujeres que integran la lista de los 14.128 muertos, claman justicia; es la
misma exigencia que entre quejidos elevan los 37.600 heridos, que en hospitales
en ruinas se aferran a la vida.
Éste 29 de noviembre la
destrucción de Gaza, ha dejado al descubierto lo pusilánimes que son la
Comunidad Internacional y la Organización de las Naciones Unidas frente al
Genocidio Sionista; y no pueden pretender como lo han hecho en los últimos 46
años, que es suficiente un mezquino discurso de solidaridad con el Pueblo Palestino,
para atender sus anhelos de paz y libertad.
¡Ni un centímetro
de la tierra Palestina
al Sionismo!