martes, 1 de octubre de 2013

MI BARRIO

Al decir mi barrio, deseo aclarar que dicha aseveración es meramente afectiva, ya que en el barrio Jorge Eliecer Gaitán de Tunja, solo he tenido el inmenso placer de disfrutar los años de juventud y una tranquila condición de arrendatario en la madurez.

Conozco el barrio, sus necesidades y sus gentes, y puedo asegurar con absoluta certeza que los días de prosperidad quedaron en el pasado, anclados al recuerdo de obras forjadas por Jorge Vega, Alberto Vargas, Antonio Rojas y hace ya muchos años por Carlos Sierra.

Ese liderazgo no logro siquiera ser imitado por las generaciones posteriores, de ahí que las Juntas de Acción Comunal que se han integrado en las últimas tres décadas, solo se recuerdan por sus conflictos internos y por las maromas adoptadas para mantener cautivo su círculo de poder.

En mi barrio, en tiempos de elección de la Junta de Acción Comunal desaparece el libro de registro de afiliados, o es sometido en el mejor de los casos por quienes se niegan a ser relevados, a la consabida mutilación por conveniencia que bautizaron como “depuración”.
  
No existen libros de Actas o de registro de cuentas, nadie sabe dónde están, quizá por ello también han desparecido los informes de gestión de Presidencia, Tesorería y Revisoría Fiscal, dejando muchas dudas en la comunidad, sobre el manejo de los recursos.

Documentos soporte como recibos de caja o comprobantes de egreso, simplemente no se diligencian, han quedado reducidos a ser una broma de mal gusto, y con ella, se convirtió la Tesorería en un cargo incómodo y riesgoso.
 
Algún equipo y herramientas adquiridos con recursos comunales, han sido “vendidos” o “desparecidos”, sin que exista un registro documental que permita establecer las circunstancias que rodean tales hechos o decisiones. 

Hoy, hasta la tranquilidad ciudadana se encuentra amenazada, sin que las autoridades le brinden atención a los angustiosos llamados que en múltiples escritos, les han formulado los vecinos de mi barrio.


Sin que nadie le ponga el cascabel al gato y convencido que el silencio guardado por tantos años, no exonera a nadie de responsabilidades; pregunto para finalizar en medio de tantas omisiones ¿Cuál es la responsabilidad asignada a la Dirección de Participación Local?