El paso del PC al smartphone,
es un raudo proceso que niñas y niños sortean mucho antes de tener la
oportunidad de abandonar el pañal, gracias a los cambios tecnológicos que
atropellan nuestra especie y la complaciente voluntad de los padres.
Un proceso que reproduce desde muy joven, los problemas
de tendinitis, síndrome del túnel carpiano y bursitis en la muñeca, el
antebrazo, el codo o el hombro; debido a los veloces y repetidos movimientos de
los dedos pulgares y la posición forzada de la mano, al sostener por tiempo
prolongado el celular.
Ese par de dedos, son el instrumento usado compulsivamente para chatear, enviar
correos electrónicos o subir fotos, entre otras actividades que se han vuelto
cotidianas y que no son adecuadamente valoradas por los médicos ocupacionales,
ya que su mirada parece fijarse solo en el computador.
Con el teléfono inteligente y los videojuegos, han hecho
aparición “dolencias” bautizadas como WhatsAppitis, Nintendinitis o Tenosinovitis;
que no sólo generan dolor articular en la mano,
sino que progresivamente lesionan el brazo y el cuello afectando salud y
capacidad laboral.
Un estudio de la Asociación Argentina de Cirugía de la
Mano, señala que el uso excesivo
de dispositivos electrónicos aumenta un treinta y dos (32%) por
ciento, las posibilidades de sufrir lesiones en las manos y en el miembro
superior.
Sin embargo, son las mujeres debido a factores hormonales,
quienes presentan dos veces mayor predisposición a sufrir tales secuelas,
siendo especialmente significativa, durante los
últimos tres meses de embarazo.
El smartphone se usa hoy en todos lados y a todas horas,
sin importar que la vida o la salud se pongan en grave riesgo o que la
comunicación quede relegada a un quinto plano en el ambiente conyugal, familiar
o laboral.
Lamentablemente, sus consecuencias no desparecen con la
visita al médico, el uso de la férula o el consumo de antinflamatorios o
esteroides; nos encontramos frente a
nueva adicción que tampoco se supera con sesiones de terapia física.
La invitación es entonces, a disfrutar con
responsabilidad de estos avances tecnológicos, para que ellos no terminen con
el paso de los días, postrándonos en la discapacidad.