No resulta exagerado señalar, que los viejos postulados de cooperación y solidaridad del otrora Movimiento Cooperativo, parecen estar destinados a la extinción, gracias al gusanillo que en su interior se esta incubando.
No sorprende, encontrarnos con dirigentes cooperativos que imbuidos del espíritu rentista que emana el “odiado” capitalismo salvaje, se han tornando en los principales agresores del sector solidario.
Desaparecer a quien se nos parezca, se ha convertido en el faro de crecimiento de ciertas Cooperativas Financieras, que ofrecen el pago en dinero a quien lleve un “nuevo usuario” que posea crédito en otra cooperativa y que se este descontando por nómina.
Todo indica, que también el sector cooperativo ha sido perneado por la llamada política de recompensas, el dinero compra todo y los principios se tasan por monedas.
Lo perverso de éste homo caníbal solidarium, es que su estrategia de crecimiento la fundamenta promoviendo la desafiliación de las demás Cooperativas, con el mezquino propósito de comprar la cartera de consumo.
Poco importa si con tal proceder se erosiona el sector solidario en su conjunto y si con ello se favorece deliberadamente al sector bancario, circunstancia que debería llamar la atención de la Supersolidaria, ya que en ésta estrategia se están sufragando algunas comisiones.
O acaso no se han dado cuenta que el Asociado subsionado por tal vía, retira los aportes individuales a capital de su Cooperativa y los deposita en un establecimiento bancario, pues paradójicamente, jamás los lleva a la Cooperativa Financiera que lo sustrae.
Tal comportamiento no puede ser atribuido a los avatares del mercado, porque a ellos ni a la competencia se les debe tener miedo; lo que resulta inaceptable es la deslealtad con que obra el prepotente en su afán de agrandarse y llenarse los bolsillos.
Convendría que en el seno de Confecoop Boyacá, se reflexionara sobre el particular, haber si algún día se pudiera conocer el impacto que en le Sector Solidario Boyacense, ha tenido la implementación de ésta estrategia.
No sorprende, encontrarnos con dirigentes cooperativos que imbuidos del espíritu rentista que emana el “odiado” capitalismo salvaje, se han tornando en los principales agresores del sector solidario.
Desaparecer a quien se nos parezca, se ha convertido en el faro de crecimiento de ciertas Cooperativas Financieras, que ofrecen el pago en dinero a quien lleve un “nuevo usuario” que posea crédito en otra cooperativa y que se este descontando por nómina.
Todo indica, que también el sector cooperativo ha sido perneado por la llamada política de recompensas, el dinero compra todo y los principios se tasan por monedas.
Lo perverso de éste homo caníbal solidarium, es que su estrategia de crecimiento la fundamenta promoviendo la desafiliación de las demás Cooperativas, con el mezquino propósito de comprar la cartera de consumo.
Poco importa si con tal proceder se erosiona el sector solidario en su conjunto y si con ello se favorece deliberadamente al sector bancario, circunstancia que debería llamar la atención de la Supersolidaria, ya que en ésta estrategia se están sufragando algunas comisiones.
O acaso no se han dado cuenta que el Asociado subsionado por tal vía, retira los aportes individuales a capital de su Cooperativa y los deposita en un establecimiento bancario, pues paradójicamente, jamás los lleva a la Cooperativa Financiera que lo sustrae.
Tal comportamiento no puede ser atribuido a los avatares del mercado, porque a ellos ni a la competencia se les debe tener miedo; lo que resulta inaceptable es la deslealtad con que obra el prepotente en su afán de agrandarse y llenarse los bolsillos.
Convendría que en el seno de Confecoop Boyacá, se reflexionara sobre el particular, haber si algún día se pudiera conocer el impacto que en le Sector Solidario Boyacense, ha tenido la implementación de ésta estrategia.
La inteligencia de una colmena
es siempre superior,
a la de cualquier abeja.
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