El primer día de 2011 fue internado en el Hospital San Rafael de Tunja, el señor Juan Francisco López Becerra, ciudadano tunjano beneficiario de los servicios de Humanavivir, a quien le fue detectado un tumor cerebral.
Dada la delicada situación de salud, el 03 de Enero de 2011 se le ordenó una panangiografía, con el fin de planificar la ejecución de la neurocirugía que requiere.
Sin embargo, el 06 de Enero, el neurocirujano que lo atendía, dejó constancia escrita que “…se recibe llamada de entidad aseguradora la cual informa que no es posible autorizar el procedimiento de resección de masa en ésta institución…”
Inexplicablemente, Humanavivir dilata la prestación de los servicios, con el cuento de trasladarlo al municipio de Soacha, para que allí le sea practicada dicha cirugía.
El sábado 08 de Enero, Blanca Cecilia Dueñas esposa del paciente, solicita una solución de vida para su cónyuge ante el Auditor médico de Humanavivir, pero la respuesta que recibe es que “…está exagerando con la gravedad del enfermo...”.
Se demerita el hecho cierto, de pérdida de conciencia y control de esfínteres que Juan Francisco, ya había experimentado; por lo cual su cónyuge radica un derecho de petición, a fin de que le sea brindada la atención que requiere.
Ese día a las 10 de la mañana, lo que sobrevino no tiene explicación y debe ser tenido en cuenta por las autoridades competentes, después de ser radicada la angustiante solicitud, el Auditor Médico desapareció.
Se informó que estaba en la oficina de Referencia y Contra referencia del Hospital San Rafael, pero no era cierto; se le llamó en reiteradas ocasiones, y en Humanavivir nadie volvió a dar razón.
En medio de tanto desconcierto, alguien hizo una llamada al Secretario de Salud de Boyacá Doctor Luis Carlos Olarte, quien al ser enterado de la situación, autorizó con cargo a SESALUB la práctica del examen ordenado.
Esas son las decisiones, que todos merecemos recibir al encontrarnos enfermos en las EPS, es indolente dar la espalda cuando las lagrimas de una madre de familia, claman por una oportunidad de vida para su esposo.
Sin realizar el examen, Juan Francisco es trasladado a Soacha el 11 de Enero a las 9:15 p.m. con documentos fechados cinco días atrás, y su inhumana tragedia aún continúa.
Dada la delicada situación de salud, el 03 de Enero de 2011 se le ordenó una panangiografía, con el fin de planificar la ejecución de la neurocirugía que requiere.
Sin embargo, el 06 de Enero, el neurocirujano que lo atendía, dejó constancia escrita que “…se recibe llamada de entidad aseguradora la cual informa que no es posible autorizar el procedimiento de resección de masa en ésta institución…”
Inexplicablemente, Humanavivir dilata la prestación de los servicios, con el cuento de trasladarlo al municipio de Soacha, para que allí le sea practicada dicha cirugía.
El sábado 08 de Enero, Blanca Cecilia Dueñas esposa del paciente, solicita una solución de vida para su cónyuge ante el Auditor médico de Humanavivir, pero la respuesta que recibe es que “…está exagerando con la gravedad del enfermo...”.
Se demerita el hecho cierto, de pérdida de conciencia y control de esfínteres que Juan Francisco, ya había experimentado; por lo cual su cónyuge radica un derecho de petición, a fin de que le sea brindada la atención que requiere.
Ese día a las 10 de la mañana, lo que sobrevino no tiene explicación y debe ser tenido en cuenta por las autoridades competentes, después de ser radicada la angustiante solicitud, el Auditor Médico desapareció.
Se informó que estaba en la oficina de Referencia y Contra referencia del Hospital San Rafael, pero no era cierto; se le llamó en reiteradas ocasiones, y en Humanavivir nadie volvió a dar razón.
En medio de tanto desconcierto, alguien hizo una llamada al Secretario de Salud de Boyacá Doctor Luis Carlos Olarte, quien al ser enterado de la situación, autorizó con cargo a SESALUB la práctica del examen ordenado.
Esas son las decisiones, que todos merecemos recibir al encontrarnos enfermos en las EPS, es indolente dar la espalda cuando las lagrimas de una madre de familia, claman por una oportunidad de vida para su esposo.
Sin realizar el examen, Juan Francisco es trasladado a Soacha el 11 de Enero a las 9:15 p.m. con documentos fechados cinco días atrás, y su inhumana tragedia aún continúa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario