Desde la pasada jornada de
protesta campesina, he venido sosteniendo que el Paro Nacional Agrario debe
tener como propósito central, convertir al Movimiento Campesino, en
protagonista de primer orden para la formulación de política sectorial.
Por tal motivo, saludo la
integración de la Mesa Única Nacional, como espacio para la interlocución y
participación de las organizaciones que dieron origen a la Cumbre Agraria.
Por decisión de las partes,
en dicho espacio de concertación se abordarán las temáticas acordadas en el
marco de la Cumbre celebrada el pasado 15 a 17 de marzo en la ciudad de Bogotá
D.C.
Como se recordará, el 17
marzo doce organizaciones de campesinos, afrodescendientes, indígenas y
sectores populares; concluyeron dicha Cumbre, aprobando el “Pliego de Exigencias:
Mandatos para el buen-vivir, la democracia y la paz".
Dicho pliego recoge en los
siguientes ocho temas, la voluntad de los treinta mil dirigentes que allí
confluyeron, en representación de todas las regiones del país:
1. Tierras, territorios colectivos
y ordenamiento territorial.
2. Economía propia contra el
modelo de despojo.
3. Minería, energía y
ruralidad.
4. Cultivos de coca,
marihuana y amapola.
5. Derechos políticos,
garantías, victimas y justicia.
6. Derechos sociales.
7. Relación campo - ciudad.
8. Paz, justicia social y
solución política.
Al adoptar dicha agenda, no se
están desconociendo los compromisos pactados en las veintidós Mesas Regionales
ni la vigencia de éstas; pero será en la Mesa Única, donde se asuma la
responsabilidad de examinar los temas de incidencia nacional.
La expedición del Decreto No
870 del 8 de Mayo de 2.014, introduce un elemento trascendente al escenario en el que se realiza
la segunda jornada del Paro Nacional Agrario, y en consecuencia, renovadas
posibilidades acompañan al Movimiento Campesino.
Éste hecho, debe ser para
los dirigentes de Cumbre Agraria y Dignidad Agropecuaria, un compromiso por la
unidad, como requisito indispensable para la construcción de una ruralidad, en
la que se respeten los derechos de sus comunidades y el medio ambiente.
No se debe dilapidar ésta
oportunidad. Avanzar en el camino que muestra la agenda de la Cumbre Agraria y
ahora de la Mesa Única Nacional, ayudará a cimentar la paz en Colombia y a
dignificar la vida en los territorios rurales.
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