El muy ansiado y benéfico
servicio de gas natural, ha tenido desde su irrupción en la vida de los hogares
boyacenses, muchas sorpresas que a mi juicio se originan en la transferencia a
cuenta gotas de la información a los usuarios.
En los días felices de su
instalación, los problemas y recomendaciones brillaron por su ausencia,
permitiendo que formularios y firmas acudieran presurosos del lado de la
empresa y los beneficiarios.
Sin embargo, la alegría
comenzó a matizarse de grises al registrarse la primera visita reglamentaria,
pues inexplicablemente surgieron los inconvenientes técnicos que avizoraban
situaciones lamentablemente trágicas.
Un hecho que dio paso a la construcción
de ventanas, improvisación de claraboyas, eliminación de puertas o instalación
de extractores de aire; para evitar que las amas de casa o empleadas
domésticas, pudieran sufrir desmayos por causa de algún escape de gas.
Con el arribo de las
subsiguientes visitas técnicas, las fugas en la red domiciliaria y los defectos
en los artefactos a gas asumieron el protagonismo, obligando a contratar con
alguna de las firmas recomendadas por la empresa, el arreglo de los
inconvenientes encontrados.
Hasta aquí, el usuario del
gas natural simplemente obedece en silencio y paga por temor al anunciado corte
preventivo del servicio, pues no deja de pensar en el elevado costo de la
reconexión y los traumatismos que ello originaría en el hogar.
No obstante, lo que resulta
irrespetuoso, es que Gas Natural Fenosa notifique la fecha en que realizará la
visita de verificación de arreglos, obligando a la familia a permanecer en
acuartelamiento de primer grado todo un día, y el funcionario de la empresa no
llegue.
Algo deplorable, si a ello
le adicionamos que la empresa sin ningún argumento, decide responsabilizar del
hecho al usuario del servicio, y por consiguiente de la demora en la
certificación de la instalación.
Gracias a esa odiosa
pedagogía del terror, a éstas altura el usuario de gas natural, ya ha
cancelado a través de la factura de
consumo, la suma de $ 62.735 por concepto de la Revisión Técnica y ha pagado los arreglos ordenados.
Después de acudir a las
oficinas de la empresa, para que le sea reprogramada la visita de verificación,
el usuario vuelve a repetir en vano la jornada de acuartelamiento familiar, pues
el esquivo operario por segunda ocasión los vuelve a dejar plantados.
No hay duda que al usuario
de gas natural, no se le brinda un trato considerado, algo que resulta molesto
e innecesario, pues los boyacenses hacemos fiesta hasta con una copla coja, en
medio del silencio de las autoridades competentes.
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