En la Secretaria General de
la OEA, el presidente Trump ha organizado un salón de marionetas, tomando como
insumos el espíritu camorrero del señor Luis Almagro y el concurso de algunos
de los mandatarios reclutados en el Grupo de Lima, por el vice Mike Pence.
El propósito en voz alta de
dicha iniciativa, es el de derrocar “un dictador” y llevar en nombre de
libertad y democracia, ayuda humanitaria made in Usaid al pueblo del autoproclamado
presidente interino Juan Guaidó.
Por fortuna en nuestra
América, Noriega, Pinochet, Stroessner, Somoza, Banzer, Videla, etc. etc, son
evidencias de la simpatía que los Estados Unidos de América tiene por los
dictadores; mientras Irak y Siria le muestran hoy al mundo, los resultados de
esas guerras por libertad y democracia, que se inventan en la Casa Blanca.
Esa ayuda nada de humanitario
tiene y sí demasiado de político, pues con ella se pretendió el pasado 23 y 24
de febrero incendiar desde Colombia la frontera, a fin de facilitar la
intervención militar del ejército de los Estados Unidos en Venezuela.
Un hecho inocultable y
vergonzoso, que ha sido evidenciado por el desconocimiento que la Casa Blanca,
la OEA, el Grupo de Lima y la Presidencia de Colombia hicieron del Comité
Internacional de la Cruz Roja, como garante idóneo en éste tipo de circunstancias.
En esa operación al estilo
Irak, el llamado Concierto Venezuela Aid Live organizado en Tienditas por el
empresario Richard Branson y auspiciado en nuestro país por Carlos Vives,
Juanes, Fonseca, etc; se convirtió en el punto de encuentro de los grupos de
choque venezolanos y colombianos, encargados de pasar dicha ayuda por la fuerza.
Los hechos violentos que aún
se registran en los Puentes Simón Bolívar y Santander, reflejan el poco respeto
que en el Salón de las Marionetas se tiene por la vida, la democracia y la
soberanía; ya que el propósito oculto es como en Irak, instalar un presidente
que permita saquear los recursos energéticos venezolanos.
Un NO sin temores ni
cálculos electorales, es el que debemos darle todos los Colombianos, a los
enemigos de la paz y la unidad de los Pueblos Soberanos de Nuestra América.
Un NO que haga trepitar el
inexplicable silencio de los gobernadores de Guajira, Cesar, Santander, Boyacá
y Arauca; a quienes los tambores de guerra que amenazan sus departamentos
parece no sobresaltarlos.
Colombianos, todos los
Pueblos de nuestra América, tenemos el derecho y la responsabilidad, de darnos
el gobierno y el futuro que consideremos conveniente y nadie tiene la autoridad
moral, ética o legal para imponernos otro mañana desde el extranjero,
sacrificando Unidad, Dignidad y Soberanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario