Daniel Coronell, es un Señor Periodista con mayúsculas, que no necesita de ninguna presentación, dado el reconocimiento que su labor ha tenido a nivel nacional e internacional.
La publicación del artículo Amigo Secreto, referido a la reunión que habría promovido Tomás Uribe en Panamá con interesados en licitar La Ruta del Sol, desató una cascada de improperios en su contra por parte del Doctor Álvaro Uribe.
Acusa el ex presidente a Daniel Coronell de ser mafioso, sicario, estafador, extorsionista, etc.; hechos que de ser ciertos, él debió dejar oportunamente en conocimiento de las autoridades competentes, dada su enorme gravedad.
Sin embargo, nadie en Colombia medianamente informado de lo que ocurre en los medios de comunicación nacionales, puede desconocer que Coronell ha cumplido de la mano de la ética y la verdad, una excelente labor informativa.
Su compromiso con la decencia y el interés general, es causa de la animadversión que le profesan quienes en Colombia han ejercido cómodamente el poder político instaurado para favorecer los intereses del narcoparamilitarismo.
Denunciar el hallazgo del helicóptero del padre de Uribe en Tranquilandia; las chuzadas a opositores, periodistas y Corte Suprema; las ilegalidades de la primera reelección y referendo; el enriquecimiento de los hijos de Uribe; los beneficiarios del AIS, etc; lo convirtieron en “auxiliar del terrorismo” ó "periodista mafioso".
Y sobrevino la persecución telefónica que hoy se sabe fue auspiciada desde la Casa de Nariño y ejecutada por el DAS, en contra de Daniel Coronell y su familia; un ilícito que siempre se negó, pero que ya investiga la Fiscalía.
La mordaza no le queda buena a periodistas del talante de Coronell y su equipo de trabajo, un hecho del que estamos agradecidos los colombianos, porque hay garantía de que el derecho a la información no nos será conculcado.
Es de esperar, que la justicia obre en derecho en el marco de la demanda que se ha instaurado contra Álvaro Uribe Vélez y sus hijos Tomás y Gerónimo, por los punibles de injuria y calumnia, ya que los insultos no tienen vecindad en el periodismo que hace DCoronell.
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