Don Cayo Cano Suárez murió, cuando buscaba atención médica, debido a que las dos pastas/día de Losartán 100mg que le formularon, le causaban ansiedad.
El 27 de diciembre pasado, acudió en compañía de su esposa a Saludcoop Nieves a cumplir la cita; se sentía bien, pero el médico al escucharlo lo remitió a urgencias.
Al salir del consultorio, se hizo tomar la tensión, registró 160 ppm y seguía sin comprender lo que pasaba.
En urgencias, la doctora le preguntó por su problema renal y él le expresó que no había vuelto a molestar; pero le ordenó inmediatos exámenes de sangre y treinta minutos después, otro de orina.
El sistema se cayó y los resultados se demoraron, pero a las 5:00 p.m. la doctora le ordena hospitalizarse. Ahora sí que nada comprendió, si él se sentía bien, ¿por qué se tenía que internar?
Al día siguiente, fue remitido a la Clínica Los Andes para que le practicaran una sesión de diálisis. Bajó por sus propios medios de la ambulancia, tomó la silla de ruedas que le ofrecieron e ingresó.
Al salir de la sala donde le implantaron un catéter, tras de sí quedaron sábanas llenas de sangre y manchas de ella en la pared, todo lo cual fue observado con preocupación por sus hijos.
Después de tomar el refrigerio ordenado, lo llevaron a la diálisis. Sus familiares debían regresar en dos horas, pero su yerno Jorge se queda, y presencia la angustia del médico indicando que don Cayo sufrió un paro respiratorio.
De inmediato, es trasladado a la U.C.I. de Saludcoop, en el camino su esposa lo observa muy inflamado, pálido y lleva un grueso esparadrapo cubriéndole la boca.
Siete horas más tarde, el médico les informa que Don Cayo ha muerto, “…se le perforó la vena…en un procedimiento en el que de mil uno muere, y hoy les toco a ustedes...”.
Al retirarle el esparadrapo, grandes coágulos de sangre manan por la boca. ¿Qué pasó? ¿Por qué el certificado de defunción indica muerte por causa natural? ¿Por qué su historia clínica es hoy un misterio?
Son preguntas que su esposa e hijos se hacen al terminar éste relato, y que esperan que SESALUB, SUPERSALUD y fiscalía, les ayuden a obtener una respuesta.
Quien le da usted la autoridad de ejercer control social, si sabrá Dios y si podrá controlar su propia vida o a sus propios hijos, a quienes les esta dando un mal ejemplo de hablar públicamente mentiras y hasta de publicar datos imprecisos, hasta parece vieja chismosa. Señor Castro, infórmese bien antes de siquiera pensar en escribir, si es que piensa. Apuesto a que usted es uno de esos políticos que en la juventud fueron tirapiedras y revoltosos de la UPTC, y que cuando obtienen un cartón para que les digan doctores, se creen los dueños del mundo, y son los que inventan Leyes como la ley 100 y luego difaman a los cuatro vientos acerca de sus victimas haciendo una pésima imitación de Robin Hood boyaco. Infórmese bien de la familia de la supuesta víctima que usted en su “inocencia” a pesar de ser usted adulto, porque parece que no tiene dientes; esos familiares son un unos desagradecidos y poco merecederos del perdón divino que tanto predican los curas de su Dios Católico por que no son capaces de acompañar al médico nunca a esos pobres ancianos entrados en edad (paciente y esposa) y por su escasa educación no “entienden” acerca de las indicaciones que les podrían dar los profesionales de la salud, y sabiendo los mismos hijos y familiares acerca de la grave enfermedad que padecía el Señor Cayo desde hacía varios años, se hicieron los de la vista gorda y nunca lo llevaron a tiempo a una consulta médica, a donde acudió cuando ya estaba en estado de gravedad después de meses de no acudir a control médico ni de seguir con las indicaciones médicas, y esperando que la ciencia médica hiciera milagros como si fueran Dios, cosa que no es cierta, y obviamente con las consecuencias funestas, inevitables de irse de este mundo-. Usted en la fábula que escribe confirma que ni los hijos ni la familia fueron capaces de estar pendientes del Señor Cayo, son tan sínicos de dejar al yerno pendiente. Para que enemigos si era suficiente con esa familia que tenia el paciente. Oiga Señor “Doctor” Castro que quiere decir con “160 ppm”?. Ojala no tenga familiares en el Sector Salud, porque definitivamente es usted una vergüenza para los Boyacenses y se atreve a escribir en el 7días con semejantes burradas. Zapatero a tus zapatos, usted ni es abogado ni es médico, el 7dias debería despedirlo y no aceptarle semejantes escritos que insultan al mas bajo periodismo amarillista y acuérdese señor economista mediocre usted también puede ser objeto investigaciones penales por difamación, calumnia y falso testimonio. Finalmente el paciente no quiere y no hay que darle.
ResponderEliminarAtentamente Su papá Junior.