OPORTUNISTAS
Ec. Carlos Julio Castro Espinosa
A los oportunistas no les importar cambiar de partido para asegurar una nominación o un puesto, si es necesario cambian sin pudor de opinión con tal de ser tenidos en cuenta; en ellos, la ética es una máscara que se pierde si les brindan la oportunidad de pelechar.
Un ejemplo del andar sinuoso de estos personajes, se pudo evidenciar en la pasada elección presidencial, de ser aduladores de Petro y después de Mockus, terminaron apoyando a Santos.
Cuando las encuestas favorecían a Antanas hablaron de lo maravilloso que era recuperar la esperanza y la fe en la patria; es más, alardeaban que con la inevitable victoria de Mockus, se terminaría la corrupción del gobierno de Uribe.
En medio de tanto “entusiasmo” la coalición de gobierno, era presentada como la página más vergonzosa de nuestra historia, un concepto con el que se descalificó a los Partidos de la U, Conservador y Cambio Radical.
Sin embargo, una vez conocidos los resultados de la primera vuelta, todo cambio, los candidatos de la coalición resultaron ser “mucho mejor” que Mockus y lo maravilloso se traslado a la página de la vergüenza.
La anunciada catarsis social que sobrevendría una vez Mockus fuera elegido presidente de Colombia, inexplicablemente fue sustituida por una invitación no votara por él.
Juan Manuel Santos al que señalaban de ser tanto o más inescrupuloso que el mismo Uribe, esos resultados le cambiaron la imagen y se convirtió por sustracción, en el candidato a elegir en la segunda vuelta.
Lo repugnante en estos personajes, es el uso anodino que hacen de la Cultura de la Legalidad expuesta por Mockus; con la pretensión de ocultar el oportunismo que han mostrado sin pudor, incluso en los medios de comunicación.
Creyendo que nadie se ha percatado de sus maromas, y que aún pueden aparentar algo de una ética que no tienen, le endosan sus defectos a los demás, exigiéndoles que la claridad entre por casa.
Mi abuelo Pedro Castro, aseguraba que en política la avispa vendida, no es más que un pobre cucarrón regalado, condenado por la naturaleza a amasar…bolitas.
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