lunes, 12 de diciembre de 2011

HUMEDAL es AGUA

En mi concepto, la medida cautelar proferida el 09 de Noviembre pasado por el Juzgado Noveno Administrativo de Tunja, trasciende la simple suspensión del contrato suscrito por el alcalde Montejo, con el propósito de construir la Biblioteca Metropolitana.

Dicha medida judicial en favor del humedal, obliga al alcalde y autoridades ambientales, a “…iniciar procesos de restauración para la conservación de éste tipo de ecosistemas…” e incorporarlos “…a la oferta ambiental del municipio en el tema de zonas verdes…”

Las cárcavas y humedales en Tunja están desapareciendo, gracias a la voluntad de nuestros gobernantes, que animados por intereses personales y de terceros, los presentan como tierras marginales que deben ser “recuperadas”.

Los humedales son ecosistemas de gran importancia, por los procesos hidrológicos y ecológicos que en ellos ocurren y la gran diversidad biológica que sustentan.

La ubicación del humedal que motivó la medida cautelar no es fortuita, allí llega toda el agua lluvia que rueda a lo largo y ancho de la carrera 16 y baja a torrentes por la calle 32 y transversal 11, evitando inundaciones en los Barrios Gaitán y Belalcazar.

El humedal que hoy quieren eliminar, es el instrumento natural de recarga del pozo profundo allí perforado, con el propósito de surtir de agua al sector norte de Tunja.

Ese solo hecho es razón suficiente, para exigirles a las autoridades ambientales y judiciales su protección, a fin de que cumpla en beneficio comunitario con sus funciones hidro-ecológicas.

Debe tenerse en cuenta, que la retención-transformación de sedimentos, nutrientes y contaminantes que allí ocurre silenciosa, juegan un papel fundamental en los ciclos de la materia y calidad del agua que nos ofrece el Pozo Belalcázar.

Las cárcavas son los caminos del agua y el humedal su cuna, pero en los días del cambio climático, en Tunja los están convirtiendo en escombreras ilegales con el propósito de facilitar su inmediata urbanización.

Asegurar agua dulce limpia para el consumo doméstico, está íntimamente relacionada con el mantenimiento sano de los humedales, de ahí que la conservación y el uso sustentable de estos ecosistemas, sea una obligación estatal impostergable.