viernes, 15 de noviembre de 2019

¡EVO REGRESARÁ!


El presidente Trump, ha convertido la Organización de Estados Americanos, en la habitación del servicio de la Casa Blanca, gracias a la complicidad de Luis Almagro y el Grupo de Lima.

El fantasma del golpe de Estado a los gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe o la judicialización del gobernante que los presida; ha sido la línea de conducta implementada por los Estados Unidos de América, para retomar la hegemonía perdida en el hemisferio con el surgimiento de la Revolución Bolivariana.

De ahí, que los gritos de fraude surgidos inmediatamente terminaron los comicios electorales el pasado 20 de octubre en Bolivia, tenían como propósito poner en marcha un golpe de estado, teniendo como principales protagonistas a los llamados Comités Cívicos en cabezados por Carlos Mesa y Francisco Camacho.

La instrucción impartida de no aceptar ninguna propuesta de conciliación con el gobierno o la dirigencia del MAS, procuraba la renuncia incondicional y la detención de Evo Morales y Álvaro García; para lo cual, se pusieron en marcha como instrumentos de presión, asonadas en las ciudades de Potosí, Sucre y Cobija.

En la estrategia golpista, los blancos elegidos por Camacho para la acción violenta son por su impacto sociopolítico, las sedes del Tribunal Superior Electoral, funcionarios del gobierno del presidente Evo y la población indígena.

La violencia desata contra las comunidades indígenas, es particularmente extrema en El Alto y Cochabamba; donde se registran todo tipo de agresiones sexuales, vejaciones y el incendio de la casa del gobernador en Oruro.    

El rápido y direccionado comunicado que emitió la Delegación de la OEA sobre el resultado electoral y el rechazo al dialogo formulado por el presidente Evo Morales, hacen que la violencia tome un curso extremo.
El cual es favorecido, cuando la policía y los medios de comunicación deja de atender sus obligaciones y el ejército decide retirarle su apoyo al presidente Evo; es entonces cuando las hordas vandálicas recorren los barrios destruyendo objetivos previamente identificados.
Con el golpe de estado en marcha, apoyado por los Estados Unidos y justificado con el silencio de la OEA, segar la vida del presidente boliviano Evo Morales, era sin lugar a dudas el segundo objetivo de los golpistas, que montaron como en los días de Pinochet, su centro de operaciones en la embajada americana en La Paz.
Hoy, los Estados Unidos con la complicidad de la OEA y el Grupo de Lima, tumban al presidente de Bolivia, persiguen por el mundo al ex presidente de Ecuador y encarcelan al ex presidente de Brasil, por haber gobernado sin atender los intereses de las multinacionales; mientras vergonzosamente promueven a un “autoproclamado” como presidente de Venezuela.
Si Bolivia está a puertas hoy de una guerra civil, no es menos cierto, que América Latina experimenta una grave crisis de identidad, que se refleja en nuestros países, a través de la sumisa aceptación del rompimiento del estado de derecho promovido desde afuera. ¡Es hora de la INDIGNACIÓN, a despertar carajo!

jueves, 15 de agosto de 2019

Y EL PUEBLO AUSENTE


Alguien en twitter escribió “…Desde el Altar de la Patria, celebramos por todo lo alto la gesta definitiva por la libertad de Colombia, la #BatallaDeBoyacá. Conectémonos de esta fiesta #EnVivo por canal @InstitucionalTV…”

Y sí, nada más cierto, el Pueblo Tunjano no pudo entrar a la Plaza de Bolívar a presenciar el desfile con el que conmemoraron los 480 años de su fundación hispánica; pues un sin número de vallas metálicas instaladas una cuadra a su alrededor lo impidió.

Allí  ingresaron los gobernantes y sus invitados, el gabinete y los funcionarios que acreditaron con carné ser parte de la nómina de la Gobernación de Boyacá, la Alcaldía Mayor de Tunja y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales.

Y algo similar ocurrió al día siguiente, el Esmad y soldados del ejército nacional mantuvieron a seis kilómetros de distancia del Puente de Boyacá, a todos esos boyacenses del común que creyeron les sería permitido participar del tan nombrado bicentenario.

Dos celebraciones que fueron planificadas por todo lo alto y tirando la casa por la ventana, con el propósito de agrandar la imagen de los gobernantes en las postrimerías de sus periodos de gobierno.

Celebraron en su honor el Alcalde, el Gobernador y el Presidente, en medio de ruidosos discursos venti julieros,  mientras el  ausente Pueblo Boyacense permanecía en casa y el senado viaticaba en Paipa.

Los tunjanos fuimos obligados a celebrar frente a la pantalla chica, mientras la noble y leal ciudad de Tunja se vestía de gris y por sus calles circulaba silenciosa la soledad sin poder arrimar siquiera a la Esquina de la Pulmonía.

Podrán decir lo que quieran, pero de las tarimas instaladas para la fiesta,  desapareció lo nuestro; el campesino y la carranga que simboliza el maestro Jorge Veloza y figuras de nuestro deporte insignia  como Nairo Quintana brillaron por su ausencia.

El bicentenario fue un frio saludo a la bandera, del que las elites se aprovecharon para exorcizar escándalos y condecorarse mutuamente; mientras el Pueblo permaneció ausente y los medios de comunicación ocultaban lo que no se hizo y lo que allí paso.

Lo ocurrido en la celebración de los 480 años de Tunja y los 200 de la batalla del Puente de Boyacá, son un llamado a liberarnos de la exclusión a la que nos han sometido esas dirigencias que tradicionalmente se lucran con los dineros públicos, gracias a nuestra confianza y nuestro voto.

lunes, 4 de marzo de 2019

¡NI GUERRA NI MARIONETAS, VAMOS UNIDOS POR LA PAZ!



En la Secretaria General de la OEA, el presidente Trump ha organizado un salón de marionetas, tomando como insumos el espíritu camorrero del señor Luis Almagro y el concurso de algunos de los mandatarios reclutados en el Grupo de Lima, por el vice Mike Pence.

El propósito en voz alta de dicha iniciativa, es el de derrocar “un dictador” y llevar en nombre de libertad y democracia, ayuda humanitaria made in Usaid al pueblo del autoproclamado presidente interino Juan Guaidó.

Por fortuna en nuestra América, Noriega, Pinochet, Stroessner, Somoza, Banzer, Videla, etc. etc, son evidencias de la simpatía que los Estados Unidos de América tiene por los dictadores; mientras Irak y Siria le muestran hoy al mundo, los resultados de esas guerras por libertad y democracia, que se inventan en la Casa Blanca.

Esa ayuda nada de humanitario tiene y sí demasiado de político, pues con ella se pretendió el pasado 23 y 24 de febrero incendiar desde Colombia la frontera, a fin de facilitar la intervención militar del ejército de los Estados Unidos en Venezuela.

Un hecho inocultable y vergonzoso, que ha sido evidenciado por el desconocimiento que la Casa Blanca, la OEA, el Grupo de Lima y la Presidencia de Colombia hicieron del Comité Internacional de la Cruz Roja, como garante idóneo en éste tipo de  circunstancias.

En esa operación al estilo Irak, el llamado Concierto Venezuela Aid Live organizado en Tienditas por el empresario Richard Branson y auspiciado en nuestro país por Carlos Vives, Juanes, Fonseca, etc; se convirtió en el punto de encuentro de los grupos de choque venezolanos y colombianos, encargados de pasar  dicha ayuda por la fuerza.

Los hechos violentos que aún se registran en los Puentes Simón Bolívar y Santander, reflejan el poco respeto que en el Salón de las Marionetas se tiene por la vida, la democracia y la soberanía; ya que el propósito oculto es como en Irak, instalar un presidente que permita saquear los recursos energéticos venezolanos.

Un NO sin temores ni cálculos electorales, es el que debemos darle todos los Colombianos, a los enemigos de la paz y la unidad de los Pueblos Soberanos de Nuestra América.

Un NO que haga trepitar el inexplicable silencio de los gobernadores de Guajira, Cesar, Santander, Boyacá y Arauca; a quienes los tambores de guerra que amenazan sus departamentos parece no sobresaltarlos.

Colombianos, todos los Pueblos de nuestra América, tenemos el derecho y la responsabilidad, de darnos el gobierno y el futuro que consideremos conveniente y nadie tiene la autoridad moral, ética o legal para imponernos otro mañana desde el extranjero, sacrificando Unidad, Dignidad y Soberanía.