miércoles, 14 de diciembre de 2016

FIDEL


Sin importar de que orilla sea contemplada la figura del Comandante Fidel Alejandro Castro Ruz; resulta tonto negar, que con el paso de los años su protagonismo  político, militar, intelectual y revolucionario se fue agigantando en nuestra América y el mundo.

Un revolucionario internacionalista, que se formó a la luz del pensamiento de Bolívar, Martí, Marx, Lenin; y cuyo ejemplo inspiró el surgimiento de números movimientos sociales, políticos e insurgentes en América Latina y África.

Con trece años de edad, le escribió al Presidente Roosevelt expresando su deseo de ser voluntario en la lucha contra el fascismo y siete años después, sería designado presidente nacional de la Asociación de Estudiantes de Derecho.

La muerte de Eduardo Chibás y el golpe militar de Batista, llevaron al joven  Fidel a señalar sin la menor ambigüedad que “…la orden de combate está dada y estamos seguros de que la cumpliremos”

“… el momento es revolucionario… A un partido revolucionario debe corresponder una dirigencia revolucionaria, joven y de origen popular que salve a Cuba”

Después del ataque al Cuartel de Moncada, se conocen las cartas que permitieron difundir el escrito político “La Historia me Absolverá más allá de las paredes de la cárcel”; a través del cual, anticipa lo que sería el Programa de la Revolución en Cuba.

Un programa que comenzaría a materializarse  cuatro meses antes del triunfo del Ejército Rebelde, tal como se consigna en la Ley No 3 que ordenó el reparto de las tierras liberadas.

“El impacto de la Revolución Cubana estremeció al continente latinoamericano y llenó la juventud de ideas y razones para emprender el camino justo de luchar contra la opresión y por la independencia.” (Milton Hernández, ELN).

“Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina” (Segunda Declaración de La Habana).

Y esos constructores de futuro, comenzaron a brotar de las sementeras, sindicatos, colegios y universidades; para crear su Sierra Maestra y asumir el compromiso de alcanzar  para sus países la segunda liberación. La Liberación Nacional.

No hay duda, Fidel Castro su liderazgo y su obra política, quedaron para la historia condensados en la Revolución Cubana y en su lucha por la unidad planetaria de los países del llamado tercer mundo.


Ellos sobrevivirán a la arremetida de la creciente globalización económica que arrincona los Estados Nacionales e impone a individuos y comunidades, eso que hoy se llama Sociedad en Red.

lunes, 7 de noviembre de 2016

CABILDO ABIERTO, ¿un camino para qué?

El NO se alzó con la victoria electoral el 2 de Octubre, y algunos le atribuyeron esa responsabilidad al Presidente Santos, con el argumento que no debió dejarle tamaña responsabilidad al pueblo colombiano.

Otros invocando como fuente los grandes centros del pensamiento, han señalado que el resultado obtenido, prueba que al pueblo no se le debe consultar temas de tanta complejidad.

Lo cierto es que los Acuerdos logrados en La Habana y avalados por la comunidad internacional, han encontrado en el ex presidente Álvaro Uribe Vélez y su Centro Democrático, una descomunal oposición.

Postura que apuntalan en los 53.894 votos que obtuvieron sobre el SÍ, una ventaja del 0.4% que no puede amordazar los derechos de los 6’377.482 colombianos que votaron SÍ a los Acuerdos firmados.

Y sin embargo, esos Acuerdos que le merecieron el nobel a nuestro presidente, tendrán que ser ajustados en nombre de la democracia, para evitarle males mayores, debido a la enorme polarización política que padece nuestra sociedad.

Así las cosas, y ante la iniciativa del doctor Eduardo Cifuentes ex magistrado de la Corte Constitucional, la pregunta del millón es el Cabildo Abierto, ¿un camino para qué?

No es gratuito, que temprana y oportunamente se indique en nuestra Acta de Independencia, que como hecho político el Cabido Abierto es pertinente, “...en virtud de haberse juntado el pueblo en la plaza pública...”

No hay duda, que éste instrumento de participación ciudadana es un escenario que permite la deliberación publica y que en el mejor de los casos, brindaría legitimidad política al acuerdo que resulte en La Habana, después de examinar la conveniencia de las propuestas del NO.

Algo que resulta poco eficaz, si para ello se tiene que esperar  que el 51% de los 1.122 municipios de Colombia validen el texto de los Acuerdos a través de Cabildos Abiertos convocados con tal propósito y siguiendo el protocolo previsto.

Por ello, y en la perspectiva de valorar la pertinencia del Cabildo Abierto, es indispensable tener presente, que la seguridad jurídica es el activo que en forma denodada ha buscado asegurar la comandancia de las FARC-EP durante todo el proceso de negociación.

Una seguridad sin la cual, no es posible garantizar su existencia y a futuro su accionar político, un riesgo al que no se someterá la insurgencia, sabiendo que Colombia es un país de leguleyos y que la corrupción campea por los estrados judiciales.

Hoy, después de trascurridos cuatro largos años de negociación, solo a la derecha le conviene dilatar en el tiempo el examen de sus propuestas; por ello, la ciudadanía debe ser convocada en nombre de la paz a exigir: UN ACUERDO YA.



martes, 25 de octubre de 2016

PAZ y DEMOCRACIA, un debate inaplazable


Después del resultado electoral del 2 de Octubre, ante la mirada indiferente de ese 64% de colombianos que hace de todo menos opinar y decidir, los demás se han venido declarando amigos insobornables de la paz y de las víctimas del conflicto armado.

Es más, da la impresión de haberse puesto de acuerdo para soslayar las inocultables contradicciones surgidas durante los cuatro años de negociaciones en La Habana y las encontradas posturas políticas con las que fueron recibidos sus Acuerdos.

Hoy, todos los actores políticos y sus simpatizantes, concurren a la plaza pública a gritar viva la paz, como si ésta fuera solo una consigna con la que buscamos hermanarnos, para evitar el riesgo de ver erosionado el capital político acumulado.

Allí muchos dirigentes eluden en nombre de la unidad, hacer referencia a esa paz de la que en privado controvertimos y sobre la que han surgido métodos y propósitos distintos y en no pocos casos opuestos.

La construcción de la paz es una tarea política, en la que inevitablemente chocarán el uribismo con los sectores democráticos y de izquierda, teniendo como telón de fondo, las miles de hectáreas de tierra que fueron usurpadas y luego legitimadas.

El uribismo en nombre de la competitividad y el crecimiento económico, se opondrá a que los desposeídos regresen como propietarios a sus tierras, y a toda iniciativa de democratizar la propiedad rural en Colombia.

Hay interés en frustrar los vientos renovadores, que se avizoran con el ejercicio político de la dirigencia insurgente, por ello, la derecha busca reaglutinarse izando la bandera de un acuerdo nacional.

Nada se gana aplazando el debate sobre la paz que deseamos y en cambio sí favorece a los sectores económicos y políticos interesados en limitar o impedir la implementación de los Acuerdos de La Habana.


Paz y democracia son motivos inseparables y suficientes, para que asumamos con entereza su examen político con los sectores de derecha, ya que lo contrario, es facilitarles la tarea de escamotear la posibilidad histórica de construir una Colombia decente.

miércoles, 24 de agosto de 2016

A LA PAZ, le digo SÍ


Resulta irresponsable esculcar en el baúl de la intolerancia, en busca de excusas para justificar que los jóvenes de las clases populares, se sigan matando en medio de una guerra, que nos imponen quienes siempre han gobernado.

La desigualdad y exclusión social y económica que imperan en nuestra sociedad, han permitido por cinco largas décadas, una guerra de guerrillas cuyos frutos no salen de la selva y terminan sepultados en fosas comunes.

A la paz le digo sí, porque es un derecho del pueblo colombiano, porque el proceso de reinserción con el que se ha comprometido las Farc-Ep, tiene grandes posibilidades de éxito y porque el establecimiento ha comprendido, que la derrota del adversario no llega y la espera ha resultado extremadamente onerosa.

A la paz le digo sí, porque ese anhelo ha permitido que el gobierno colombiano y el E.L.N. asuman una agenda que hará posible en el mediano plazo su desmovilización.

A la paz le digo sí, porque la comunidad internacional y sus organismos multilaterales, confían en la sinceridad de los diálogos y acuerdos de La Habana y acoge complacida el compromiso de participar en su construcción.

A la paz le digo sí, porque le abre a la nación colombiana la posibilidad de fortalecer su democracia e instituciones y eliminar  las organizaciones de delincuencia común que nos deja el narcotráfico y el paramilitarismo.

A la paz le digo sí, porque con su advenimiento podremos aunar esfuerzos para construir una nueva ciudadanía, que haga causa común con las autoridades para proscribir la corrupción e impunidad de nuestra sociedad.

A la paz le digo sí, porque nos merecemos la oportunidad de reflexionar y decidir sobre el país que queremos, porque Colombia debe ser un compromiso de los Colombianos, y no la presa de caza de los gendarmes del capital multinacional.

A la paz le digo sí, porque nuestros municipios y departamento, deben tener la oportunidad de sacudirse ese poder clientelista, que los ha convirtió en tobogán electoral con economías de precarias y muchas necesidades insatisfechas.

A la paz le digo sí, y por eso hoy pensando en ese mañana por venir, los invito a construir un movimiento social por la paz con liderazgo popular, para evitar que la politiquería nos frustre el camino de cambio que ese sueño necesita.


Desde la hermosa Tunja, y de pie en la loma que vio germinar el trigo por primera vez en nuestra América, a la paz le digo sí.

lunes, 23 de mayo de 2016

La UPTC

La UPTC está convertida en estos momentos, en campo de batalla de los grupos de la politiquería regional, con el deseo de hacerse al manejo de sus recursos presupuestales, a través de un revolcón en la asignación de esa torta burocrática.

Una disputa que puso a la rectoría en el centro de la más feroz controversia, y que ha llevado a los contendientes a cuestionar todo y a todos, a fin de apoderarse de ese jugoso pastel.

Siendo ese el meollo del asunto, es claro que el Pliego de Peticiones radicado el 17 de mayo por los estudiantes, tendrá que esperar a que se defina quién o mejor qué grupo político tomará el control de la administración de la universidad.

Mientras tanto, es claro que temas como autonomía, democracia y bienestar que reivindica con sobrada razón el movimiento estudiantil, no tendrán ninguna mejora manteniendo la universidad cerrada.

Y si por el contrario, de persistir la parálisis académica y administrativa, se corre el riesgo de ser idiotas útiles de alguno de esos actores o de brindar oportunidad a las componendas de éstos.

No olvidemos, que la politiquería ha estado enquistada desde hace muchas décadas en la universidad, y que se mueve en ambas orillas del rio, gracias a que el movimiento estudiantil ha sido desgastado y se tiene la complicidad de algunos dirigentes sindicales.

Recordemos que en el pasado, la administración logró el silencio y en no pocas ocasiones el apoyo de los demás estamentos universitarios, gracias al otorgamiento de beneficios individuales.

La invitación al estudiantado uptcista, es a exigir que la negociación se desarrolle en forma eficaz y con la UPTC abierta, teniendo claro que su problemática es esencialmente y en su orden política, presupuestal, académica y administrativa.

Ese dialogo debe desarrollarse al más alto nivel decisorio, porque de lo contrario el tiempo pasa sin resultados y el apoyo al interior de la universidad se erosiona.


Tengamos en cuenta, que llegado el momento y como ha sido costumbre, las autoridades optarán por desorientar a la comunidad boyacense, a través del manejo informativo de esa negociación y de la real situación de nuestra universidad.

martes, 16 de febrero de 2016

DISCAPACIDAD

El próximo 9 de Abril, Camilo Ernesto cumplirá 31 años de edad, de los cuales veintisiete los hemos pasado en Instituciones Educativas, Centros de Rehabilitación, consultas médicas y  sesiones terapéuticas en la ciudad de Tunja y Bogotá.

Mientras aguardo y sin ser el propósito fundamental, he tenido la oportunidad de conocer y valorar la idoneidad en la prestación de los servicios que esas personas e instituciones aseguran ofrecer.

En esa carrera contra el tiempo, he ayudado a mi hijo siguiendo las instrucciones y consejos de profesionales como Carlos Medina Malo, Fabio Simijaca, Sonia Romero, Mabel Rodríguez o Amparo de Suárez; y sin embargo, esa experiencia lograda con absoluta dedicación, no me hace neurólogo, docente o terapeuta.

Por ello encuentro inaceptable, que nuestras autoridades municipales, faciliten el surgimiento de Fundaciones o Instituciones, que sin acreditación de requisitos abren sus puertas a niños, niñas o jóvenes con discapacidad intelectual o cognitiva.

Menos comprensible aún, es que tales centros educativos o terapéuticos reciban de entidades del Estado, recursos a los que no se le hace ningún tipo de seguimiento o control.

Poco parece importar, si en esas guarderías tales recursos cumplen o no con el objeto que inspiró su asignación, menos aún preocupa a las autoridades competentes, si allí son respetados o no los derechos de los niños, niñas y jóvenes.

Digo guarderías, porque aunque nos duela reconocerlo, en muchos de estos centros se llega a la madurez sin lograr avances significativos, solo permitiendo que los padres dispongan de algún tiempo para trabajar o descansar de tal responsabilidad.

Es hora de cerrarle la puerta a los oportunismo, por ello, las alcaldías y gobernación de Boyacá, deben garantizar el derecho que tiene la diversidad funcional, a representarse por sí misma y para su beneficio directo.

Quienes sufren discapacidad física y sensorial, pueden asumir en forma personal la representación de su grupo social; mientras que un padre de familia podría ser designado para representar a los miembros de nuestra sociedad con discapacidad psíquica e intelectual.

Jamás podrá una sociedad ser incluyente, si en los Concejos, Asambleas y Congreso; se decide a espaldas de los grupos sociales con discapacidad o permitiendo que los recursos del Estado, sean escamoteados en su nombre.

Si estas líneas logran ser impresas en algún medio local o regional, y si por fortuna son leídas por alguien que labore en la Contraloría, Defensoría, Procuraduría o Personería; solo espero que su compromiso sea con la población en situación de discapacidad.