lunes, 4 de marzo de 2019

¡NI GUERRA NI MARIONETAS, VAMOS UNIDOS POR LA PAZ!



En la Secretaria General de la OEA, el presidente Trump ha organizado un salón de marionetas, tomando como insumos el espíritu camorrero del señor Luis Almagro y el concurso de algunos de los mandatarios reclutados en el Grupo de Lima, por el vice Mike Pence.

El propósito en voz alta de dicha iniciativa, es el de derrocar “un dictador” y llevar en nombre de libertad y democracia, ayuda humanitaria made in Usaid al pueblo del autoproclamado presidente interino Juan Guaidó.

Por fortuna en nuestra América, Noriega, Pinochet, Stroessner, Somoza, Banzer, Videla, etc. etc, son evidencias de la simpatía que los Estados Unidos de América tiene por los dictadores; mientras Irak y Siria le muestran hoy al mundo, los resultados de esas guerras por libertad y democracia, que se inventan en la Casa Blanca.

Esa ayuda nada de humanitario tiene y sí demasiado de político, pues con ella se pretendió el pasado 23 y 24 de febrero incendiar desde Colombia la frontera, a fin de facilitar la intervención militar del ejército de los Estados Unidos en Venezuela.

Un hecho inocultable y vergonzoso, que ha sido evidenciado por el desconocimiento que la Casa Blanca, la OEA, el Grupo de Lima y la Presidencia de Colombia hicieron del Comité Internacional de la Cruz Roja, como garante idóneo en éste tipo de  circunstancias.

En esa operación al estilo Irak, el llamado Concierto Venezuela Aid Live organizado en Tienditas por el empresario Richard Branson y auspiciado en nuestro país por Carlos Vives, Juanes, Fonseca, etc; se convirtió en el punto de encuentro de los grupos de choque venezolanos y colombianos, encargados de pasar  dicha ayuda por la fuerza.

Los hechos violentos que aún se registran en los Puentes Simón Bolívar y Santander, reflejan el poco respeto que en el Salón de las Marionetas se tiene por la vida, la democracia y la soberanía; ya que el propósito oculto es como en Irak, instalar un presidente que permita saquear los recursos energéticos venezolanos.

Un NO sin temores ni cálculos electorales, es el que debemos darle todos los Colombianos, a los enemigos de la paz y la unidad de los Pueblos Soberanos de Nuestra América.

Un NO que haga trepitar el inexplicable silencio de los gobernadores de Guajira, Cesar, Santander, Boyacá y Arauca; a quienes los tambores de guerra que amenazan sus departamentos parece no sobresaltarlos.

Colombianos, todos los Pueblos de nuestra América, tenemos el derecho y la responsabilidad, de darnos el gobierno y el futuro que consideremos conveniente y nadie tiene la autoridad moral, ética o legal para imponernos otro mañana desde el extranjero, sacrificando Unidad, Dignidad y Soberanía.