viernes, 12 de abril de 2013

NUESTRO INEM

El pasado 1 de abril, el INEM Carlos Arturo Torres cumplió 41 años de actividad pedagógica, y cada año que pasa algún pasillo de su sede central se arropa en la penumbra, con el cierre del departamento, sección u oficina que allí funcionaba.

Un hecho inocultable que viene registrándose desde hace varios años, gracias a la torpeza del legislador, la pasividad del gobernante, la sumisión del rector  y la indiferencia de docentes, estudiantes y padres de familia.

La comunidad educativa del INEM, ha presenciado en medio del silencio, como la única dotación otorgada en 1972 para el funcionamiento de los laboratorios y talleres, ha desaparecido por absoluto deterioro.

El Departamento de Bienestar Estudiantil con sus secciones de Trabajo Social, Orientación y Consejería, Servicio Médico y Odontológico; cerró inexplicable sus puertas.

Muchos docentes y estudiantes  de Tunja y Boyacá, recibieron capacitación en el Centro de Innovaciones en Informática Educativa, que en 1992 se instaló en la sede central del INEM y que hoy ya no existe.

El Club de Periodismo Escolar, la Emisora del INEM, el Grupo de teatro DIMAS, la Revista Boyacá Literaria, el Concurso Intercolegiado de la Canción “Fundador de Oro”, el Museo de Ciencias, son expresión de una grandeza que no debe ser olvidada.

Desaparecieron las Prácticas Empresariales Didácticas, la Miniferia Comercial, los Simulacros Empresariales, exitosos testimonios de la trilogía que hizo grande al INEM: Ser, Saber y saber Hacer.

¿A dónde se mandó la propuesta de educación integral, con la que el INEM Carlos Arturo Torres abrió sus puertas en 1972? ¿Dónde sepultaron nuestras autoridades y directivas, los pilares humanísticos, científicos y tecnológicos de su propuesta educativa?

Triste será en nuestra historia de ciudad, si permitimos que el logo diseñado en 1983 por el estudiante Orlando Velandia Rodríguez, no siga brillando en sus sedes y en el suéter rojo que con orgullo portan todos los alumnos del INEM.

En medio de éste panorama, escuchar las notas marciales de la Banda de Marcha recorriendo el Centro Histórico o a la Banda Experimental interpretando el Himno de la Institución, sin duda haría volar muchos recuerdos.

Y quizá gracias a ellos,  ésta administración municipal asumiría el reto de designar en esa rectoría, a un funcionario que esté dispuesto a devolverle a nuestro INEM  su liderazgo pedagógico y días de grandeza.