sábado, 25 de junio de 2011

INDIGNANTE

Para nadie es un secreto que los programas PAPA y PAE fueron implementados en el departamento por la Gobernación e ICBF, con el propósito de beneficiar a la población infantil.

Sin embargo, toda suerte de irregularidades se han registrado en perjuicio de muchos boyacenses, sin que las autoridades competentes hayan tutelado oportuna y efectivamente sus derechos.

El gobernador de Boyacá, la Directora del ICBF en Boyacá y los alcaldes municipales, tienen una enorme responsabilidad en lo acontecido y deben responder por acción u omisión.

Hoy volvemos a reiterar sobre un hecho específico, la delicada situación que se origina cuando la Gerente del Consorcio Alimentar por Boyacá, elabora un oficio que luego hace firmar a cada una de las operarias del Programa de Alimentación Escolar.

Con dicho documento, y en circunstancias que deben ser objeto de investigación, el Consorcio convirtió en “voluntarias” a las personas que fueron vinculadas para la preparación, manipulación y distribución de los alimentos a los estudiantes.

Sin saberlo, dichas personas “se despojaron” a sus derechos laborales, por lo que durante cinco meses fueron mantenidas con el engaño de una paga que no llegó, y que al término del contrato estatal, jamás llegará.

Si bien el Consorcio buscó ampararse al tenor del artículo 3. Numeral 2 de la Ley 720 del 24 de diciembre de 2001, es evidente que las circunstancias que rodean éste hecho, exigen la intervención del Ministerio de la Protección Social.

Una investigación en la que no deben estar ausentes las Procuraduría Provincial, Defensoría del Pueblo, Personerías y Contralorías Municipal; a fin de evitar que mil ciento ochenta boyacenses sean despojados de los salarios devengados.

Resulta indignante, que a través de un programa de gobierno sean vulnerados derechos fundamentales de ciudadanos y ciudadanas boyacenses, pues el operador se “deshizo” de la responsabilidad contractual adquirida con el Estado, de cumplir con el pago de salarios y prestaciones sociales.

domingo, 12 de junio de 2011

PERSONERÍA ESTUDIANTIL

Desde su implementación, la motivación, orientación, organización y asesoría de la personería estudiantil quedó bajo la tutela de los docentes adscritos al proyecto de Democracia, Paz y Desarrollo de Valores Humanos.

Es claro el interés del legislador, por promover liderazgos para la construcción de una ciudadanía participativa, que desde las aulas comience a ser garante del respeto y vigencia de los derechos del niño y joven estudiante.

Tal consideración obliga al personero en primera instancia, a promover el ejercicio de los deberes y derechos estudiantiles, consagrados en la Constitución, las leyes y el Manual de Convivencia.

Sin embargo, su rol transciende el trámite de la queja, para convertirse en cogobernante en su institución educativa, una responsabilidad que hoy recae en el estudiante de grado once que resulte elegido por sus condiscípulos.

Temas como la calidad de la educación, idoneidad ética y profesional del docente, drogas y violencia, discriminación y abusos de poder; deben estar presentes en la agenda de éste líder estudiantil.

Con beneplácito debo destacar, que el pasado 18 de mayo de 2011, se realizó en la sede de la Institución educativa San Jerónimo Emiliani, el Primer Encuentro Municipal de Personeros Estudiantiles.

Un evento convocado por el sacerdote de la Comunidad Somasca Ricardo Poveda Roa y la especialista María del tránsito Parada, con el propósito de promover Liderazgo y Trabajo en Equipo en nuestra dirigencia juvenil.

Las ponencias sobre Formación Integral, Liderazgo Positivo y Trabajo en Grupo presentadas por el Doctor Milton García Hernández y la Licenciada Diana Arango respectivamente, brindaron el marco conceptual de las deliberaciones.

Dirigentes de diez instituciones educativas oficiales y doce privadas, socializaron sus experiencias individuales y acordaron crear la Asociación Municipal de Personeros Estudiantiles de Tunja.

Un instrumento a través del cual buscarán coordinar su accionar futuro, en la perspectiva de favorecer gratuidad y excelente calidad en la educación primaria y secundaria, convivencia armónica y el respeto por los derechos humanos.