domingo, 28 de noviembre de 2010

¡ESTO SE DESPOLOTÓ!

En Tunja, se puede construir sin ser propietario del terreno, y la Licencia de Construcción ha terminado por convertirse en un documento ignorado, por lo que cada quien construye como le parece.

Tampoco es raro, que las empresas prestadoras de los servicios públicos tramiten y aprueben las matriculas correspondientes, sin exigirle al “usuario” solicitante que acredite el titulo de propiedad sobre el lote de terreno.

Lo triste es que denunciadas estas irregularidades, no existe certidumbre que los funcionarios de la Oficina de Control Urbano hagan respetar las normas vigentes sobre la materia; por lo que tales incidentes terminan sin solución en las Inspecciones de Policía.

Y para colmo de males, los espacios públicos municipales, los antejardines de las unidades familiares y las áreas de sesión en los proyectos urbanísticos aprobados y ejecutados en años anteriores; hoy, están siendo “violentados” cercándolos con materas para convertirlos en expendios de bebidas embriagantes, pero en Tunja la bella nadie dice nada, el mutismo se ha apoderado por igual de las autoridades civiles y de policía.

Además, es usual que los propietarios de inmuebles o negocios coloquen vallas en las vías públicas prohibiendo el parqueo de vehículos, pues en su opinión, tal derecho esta reservado “única y exclusivamente”para los clientes de su establecimiento comercial; y las autoridades como si nada, pasan impávidas porque en esta ciudad solo están nombradas para pelechar.

De ahí que los andenes se están convirtiendo en parqueaderos tolerados por las autoridades de transito y de policía, usurpando un espacio que fue concebido para la seguridad de los peatones, cuyo número en Tunja es creciente debido al desempleo y al elevado costo del trasporte urbano.

Hemos llegado a tanto, que aquí funcionan clínicas en las que los pacientes son “cargados y descargados” en la calle o en los andenes, porque el inmueble no cuenta con las áreas de circulación exigidas por las normas, para el funcionamiento idóneo de tales establecimientos.

Tunja vista a través del prisma de la movilidad y el urbanismo, le da la razón al Licenciado Pipo Torres, quien en medio de uno de esos habituales trancones que se viven en las vías adyacentes a la Plaza de Bolívar, exclamó desconsolado “…donde quedó la autoridad, …esto se despelotó! “

La ciudad ha estado por muchos años navegando a la deriva en medio de un remolino de dudas y sin autoridades -ya que no se ve gestión por ningún lado-, por ello nuestros parques son un basurero, las vías un pañal de huecos, las normas yacen violentadas por doquier, el desempleo llena la Plaza de Bolívar y las estrategias de desarrollo brillan por su ausencia. Que le vamos hacer, nos equivocamos otra vez!

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