sábado, 25 de diciembre de 2010

A MIGUEL ANGEL RAMIREZ

Languidece la luz del firmamento,
y en la penumbra de mi Pueblo
campean los gatos.

El frágil silencio de la noche
ha sido nuevamente violentado,
y el eco desencajado
de la nueve milímetros,
recorre las calles solitarias.

Nadie vio,
nadie disparó,
pero sobre la hierba
que arropa la fría
línea férrea,
yace el cuerpo inerte
del parcero Miguel.

Su muerte aleve
junto a Jhon Fredy,
y la de los otros cuarenta y uno
que le antecedieron,
claman transparencia
a las autoridades de Tunja.

Miguel Ángel,
el silencio en su tumba
no acalla el grito de los parches
exigiendo justicia.


PD. Un homenaje a los cuarenta y un habitantes de calle
asesinados en TUNJA, durante el período Oct. 2002 a
Marzo 2003

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