viernes, 23 de marzo de 2012

NACHO TORRES

Siendo Coordinador Departamental del Programa DRI-PMA que ejecutaba CORFAS en Boyacá, tuve el enorme placer de compartir por siete años con Manuel Ignacio Torres Navarrete, enriquecedoras experiencias con comunidades campesinas.

Por ello doy fe, que fue siempre un hombre bueno de comportamiento transparente y profundo amor por el servicio a sus semejantes, no en vano era el candidato más opcionado a convertirse en alcalde de Sogamoso.

Su asesinato el 11 de Octubre de 2000 a manos de miembros de las Autodefensas Campesinas de Casanare, nada tuvo que ver con su trabajo como dirigente Social, presidente en la Fundación Integración Campesina ó Delegado de la Unión Europea.

Alguien ó algunos sintieron que Nacho y sus propuestas, los alejaban de su turno en el poder en la ciudad, y optaron por segar los sueños de muchos sogamoseños, impidiendo incluso, que la Alianza Social Independiente ASI continuara en la campaña electoral.

Las amenazas contra el ingeniero Omar Freddy, designado para retomar las banderas de la Alianza y el exilio apresurado que tuvo que sufrir la esposa e hijos de Manuel Ignacio, confirman que se trató de un acto de connotación política.

De ahí que resulte de crucial importancia, la detención de Martin Llanos máximo comandante de las ACC, pues se abre la posibilidad para que las autoridades investiguen y den a conocer quién ó quiénes solicitaron al grupo paramilitar, la comisión del magnicidio.

Es un acto de justicia, lo que reclama el Pueblo de Sogamoso, que en el marco de la Marcha Blanca por la Vida, sembró en el costado nororiente del Parque de la Villa, un muelle al que bautizaron ese 18 de Octubre de 2000, como el Árbol de la Vida.

No podemos cerrar los ojos para negar la verdad, no podemos fingir olvido para evitar la justicia, no podemos callar mientras la vida y la libertad son asesinadas, es hora de frenar la impunidad.

Desde aquí, mi abrazo siempre fraterno para Nacho dónde quiere que este, para Luz Marina y sus jóvenes hijos Manuel y Sergio Andrés y para quienes no olvidan que hay una verdad por revelar.

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