viernes, 14 de marzo de 2014

RASCA y TRABA

Desde hace muchos años y lo saben las autoridades municipales, el consumo de bazuco y chamber salió de los parches donde se refugia la indigencia que genera nuestra sociedad,  para invadir las aulas de clase en colegios y universidades.

Un hecho al que simplemente no se le ha puesto el cuidado que exige, creyendo que ante la presencia de éstas adicciones que afectan a sectores cada día más amplios de nuestra juventud, solo bolillazos basta.

Para nadie en Tunja es un secreto, que nuestros parques han sido convertidos por estudiantes y habitantes de calle, en zonas francas donde se consume chamber, perico, bareta y bazuco; sin que las autoridades de policía se den por enteradas.

Igual acontece en las Plazoletas, pero con una diferencia sustancialmente preocupante, allí rasca y traba se suceden bajo la apacible y distraída mirada de los agentes de policía.

Y si a éste relato invitamos la rumba, la cosa se complica, pues bebidas alcohólicas, alcohol antiséptico y drogas, se dan cita en rumbiaderos que operan legalmente atestados por la presencia de jóvenes estudiantes.

Un panorama que adquiere ribetes extremadamente graves, en las fechas futboleras, pues a la ciudad arriban grupos significativos de expendedores-consumidores de sustancias psicoactivas (spa) camuflados con los hinchas.

Y son entonces las puertas de acceso a las instituciones educativas, los sitios a frecuentar, con la manida disculpa de “pedir apoyo” para comprar la boleta de entrada al estadio La Independencia.

Ese día rasca, traba e inseguridad suelen desbordar toda previsión,  arrinconando a los tunjanos en sus hogares, mientras la ciudad es virtualmente militarizada para evitar los atracos y demás actos de vandalismo.

Tunja la noble y leal, se está transformando en un convulsionado mercado de alcohol y alucinógenos, que sacrifica los sueños de quienes ayer le otorgaron el honroso calificativo de Ciudad Estudiantil.

Un hecho acentuado por el espíritu egoísta del rentista, gracias al cual, nuestra ciudad es presentada como una vitrina en venta,  sin detenernos a reflexionar sobre el elevado costo social que estamos asumiendo.


Rasca y traba están saliendo de control, por ello, el diseño de políticas públicas es urgente, para que juventud y libertad se vivan con responsabilidad y respeto frente a los demás y la ciudad.

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