sábado, 25 de septiembre de 2010

ROGATIVA

A 25 metros de una valla en la que se informa al transeúnte “…Aquí están sus impuestos…”, yace la sede de una antigua escuela, que sin saber cómo o con autorización de quién, ha perdido gran parte de su predio, privándola de “…zonas verdes y campos deportivos…”.

Salvaguardar el patrimonio de Tunja y proteger la vida de los alumnos y docentes, parece no interesar a sus autoridades, por ello a las solicitudes de construir un muro que cierre sus linderos, no se les da respuesta.

Allí, el impredecible fenómeno de la niña, podría causar una tragedia de grandes repercusiones, es por ello, que en la Institución Educativa Gustavo Rojas Pinilla cada vez que llueve, entran en cadena de oración.

En la rogativa piden que su deteriorada sede Club de Leones no colapse en horas de trabajo, aguardando a que algo suceda en la Alcaldía Municipal, con las solicitudes y denuncias que la rectoría presentó el pasado 19 y 28 de Abril.

El deterioro del inmueble, se origina con la excavación realizada en la Urbanización La Esperanza I etapa, para construir el parqueadero interno; ya que los cambios en la estabilidad del terreno habrían afectado su cimentación.

Lamentablemente hasta hoy, ninguna autoridad competente se ha tomado la molestia de realizar un estudio técnico sobre estos temas y los riesgos que ofrece el inmueble a la vida de 250 alumnos y 15 docentes.

El muro occidental lo derribo la lluvia el 17 de Abril, dejando a esa comunidad educativa, sus muebles y equipos, sin ningún tipo de seguridad; circunstancia que permite a cualquier persona ingresar, agredir, sustraer o dañar lo que desee.

La lentitud en la toma de decisiones e implementación de los correctivos que son de urgente aplicación, no valora adecuadamente la advertencia hecha por el COLPAD-Tunja, con motivo de la visita realizada a la sede Club de Leones.

Dicho Comité advirtió que “…Las recomendaciones del presente diagnóstico están basadas en las características externas, por tanto, pueden presentarse situaciones no previstas que se escapan de su alcance…” ¿Hay razones o no para rezar?

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