lunes, 25 de febrero de 2013

LA MOVILIDAD


En Tunja los problemas de movilidad y transporte tienen fundamentalmente dos causas, no existe una red vial adecuada y el número de vehículos de transporte público urbano se desbordó, gracias a los personalismos de los alcaldes.

Ampliar la red vial es tema de largo plazo y de un monto de recursos que la ciudad no tiene, lo preocupante es que en la administración pasada, se redujeron calzadas para ampliar andenes, en vías que deben ser peatonalizadas.

Y peor aún, la Avenida Colon,  llamada a favorecer la descongestión vehicular en la ciudad, sufrió dicha afectación produciendo extenuantes trancones, en los que la vida del peatón queda en peligro, ya que motos y bicis van por los andenes.

La sobre oferta de vehículos de transporte público urbano, debe ser redimensionada, buscando su democratización y garantizar el empleo de quienes hoy derivan su precaria subsistencia en medio de ese inhóspito ambiente laboral.

Es evidente entonces, que los empresarios que hoy mantienen operando en las vías de la ciudad tres y más vehículos de transporte público, deben ser convocados por el mandatario local a  asumir su cuota de sacrificio.

Redefinir las rutas de servicio, privilegiando a los barrios más distantes, favorece a los estratos uno a tres, y con ello, aproximadamente al 80% de la población estudiantil y laboral de la ciudad.

Un subsidio al transporte escolar debe ser examinado, ya que la tarifa del servicio de transporte público urbano es muy costosa, si la relacionamos con el ingreso per cápita de la ciudad. De ahí el elevado registro de tunjanos caminando para ir a estudiar o trabajar.

La medida del pico y placa es un instrumento idóneo en el propósito de reducir la circulación de vehículos particulares, pero debe ser complementada con la prohibición de parquear en las vías que acceden al Centro de la ciudad.

Ello obliga a que la administración municipal promueva el surgimiento de parqueaderos en sitios estratégicos alrededor de la Zona Histórica, con lo cual se reduce ostensiblemente la presencia de vehículos en el sector.

Las vías a peatonalizar deben serlo sin más demora, a fin de que la inversión en ellas realizada, no deje la impresión de ser otro más de los cuantioso detrimentos patrimoniales que agobian la ciudad.

Solucionar los problemas de movilidad es mejorar calidad de vida, y tal propósito no guarda vecindad con la politiquería o el chantaje, es indispensable que al momento de planear y decidir, le demos paso a la opinión de los expertos.

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