viernes, 5 de septiembre de 2014

GAS PESADO

El muy ansiado y benéfico servicio de gas natural, ha tenido desde su irrupción en la vida de los hogares boyacenses, muchas sorpresas que a mi juicio se originan en la transferencia a cuenta gotas de la información a los usuarios.

En los días felices de su instalación, los problemas y recomendaciones brillaron por su ausencia, permitiendo que formularios y firmas acudieran presurosos del lado de la empresa y los beneficiarios.

Sin embargo, la alegría comenzó a matizarse de grises al registrarse la primera visita reglamentaria, pues inexplicablemente surgieron los inconvenientes técnicos que avizoraban situaciones lamentablemente trágicas.

Un hecho que dio paso a la construcción de ventanas, improvisación de claraboyas, eliminación de puertas o instalación de extractores de aire; para evitar que las amas de casa o empleadas domésticas, pudieran sufrir desmayos por causa de algún escape de gas.

Con el arribo de las subsiguientes visitas técnicas, las fugas en la red domiciliaria y los defectos en los artefactos a gas asumieron el protagonismo, obligando a contratar con alguna de las firmas recomendadas por la empresa, el arreglo de los inconvenientes encontrados.

Hasta aquí, el usuario del gas natural simplemente obedece en silencio y paga por temor al anunciado corte preventivo del servicio, pues no deja de pensar en el elevado costo de la reconexión y los traumatismos que ello originaría en el hogar.

No obstante, lo que resulta irrespetuoso, es que Gas Natural Fenosa notifique la fecha en que realizará la visita de verificación de arreglos, obligando a la familia a permanecer en acuartelamiento de primer grado todo un día, y el funcionario de la empresa no llegue.

Algo deplorable, si a ello le adicionamos que la empresa sin ningún argumento, decide responsabilizar del hecho al usuario del servicio, y por consiguiente de la demora en la certificación de la instalación.

Gracias a esa odiosa pedagogía del terror, a éstas altura el usuario de gas natural, ya ha cancelado  a través de la factura de consumo, la suma de $ 62.735 por concepto de la Revisión Técnica y  ha pagado los arreglos ordenados.

Después de acudir a las oficinas de la empresa, para que le sea reprogramada la visita de verificación, el usuario vuelve a repetir en vano la jornada de acuartelamiento familiar, pues el esquivo operario por segunda ocasión los vuelve a dejar plantados.

No hay duda que al usuario de gas natural, no se le brinda un trato considerado, algo que resulta molesto e innecesario, pues los boyacenses hacemos fiesta hasta con una copla coja, en medio del silencio de las autoridades competentes.  



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