domingo, 2 de agosto de 2015

EL PARQUE GAITAN.

Aún algo desvencijados, los tres juegos infantiles del Parque del Barrio Jorge Eliecer Gaitán, agradecen a la Alcaldía de Tunja, la reparación prodigada la semana anterior, pues con ella se les ha evitado su paso por el suelo.

A pesar de ello, ese parque no ha tenido la fortuna de albergar la alegría bulliciosa de las niñas y niños del sector, pues con urgencia reclama un diseño que lo haga atractivo a esa muchachada que lo voltea a mirar y siguen de largo.

La agreste topografía del terreno donde fue levantado, favorece la ocurrencia de accidentes, y los grandes montones de tierra cubiertos por el pasto, sirven de escondite en la comisión de actos impúdicos o delictuosos.

Su área debe ser delimitada y su perímetro dotado de los andenes que hoy no cuenta, para que  su acceso a través de gradas, facilite la llegada de sus esquivos beneficiarios.

La carencia de iluminación en su interior, incrementa sustancialmente los niveles de inseguridad, por ello en las horas de la noche, dicho lugar ofrece  toda suerte de sorpresas indeseables a habitantes y transeúntes.

El Parque necesita con urgencia que lo ayuden a sobrevivir, para poder cumplir con el objeto social que le dio vida y que anhelan disfrutar las familias residentes en los Barrios Gaitán, Trigales, San Diego, La Fuente, La Esperanza, La calleja, etc.

Siempre he oído decir, que los parques no solo estimulan favorablemente las relaciones familiares y sociales, sino que su significativa labor social, contribuye a mantener la salud física y mental de las niñas y niños.

Quizá por ello, no debemos olvidar que dicho parque, debe estar llamado a convertirse en instrumento que estimule  el desarrollo de la imaginación, destreza y fortaleza psicológica, cognitiva y emocional de las niñas y niños que estudian en el Jardín Nacional, CDI Barrio Gaitán, Club de Leones, Gimnasio San Diego, etc.

Es urgente repensarlo para que bajo un nuevo diseño,  incorpore al Monumento del Trigo que allí se levanta y permita que el espacio ubicado frente a la iglesia de Santa Ana, se convierta en un parqueadero adoquinado, que dé con comodidad la bienvenida a sus visitantes.

Los Parques deben ser primordialmente, sitios hermosos y seguros, para que en ellos florezca la alegría innata que aportan los  juegos infantiles, a la formación de los ciudadanos del mañana.


Un mañana, que también lo queremos ver llegar desde el Parque Infantil del Barrio Jorge Eliecer Gaitán, con el mismo ímpetu que de sus entrañas  brotó el trigo hace 474 años por primera vez en Colombia. 

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