lunes, 26 de agosto de 2013

EL PARO AGRARIO

En medio del vigor que está demostrando el Paro Nacional Agrario, no debemos olvidar que es el resultado del surgimiento de tres pliegos promovidos por  las denominadas “dignidades”, la Coordinación Nacional Agraria CNA y la Mesa Nacional Agropecuaria de Interlocución y Acuerdos MIA.

Es importante tener presente dicha circunstancia, porque ella se hará notoria cuando llegue el momento de instalar la mesa o mesas de negociación con el gobierno nacional.

Las "dignidades" sin tocar el tema de la tierra pero en defensa de la producción interna, en su momento promovieron la Movilización Nacional Cafetera y Agropecuaria, reivindicando los intereses de productores de café, cacao, papa, arroz, panela,  algodón y ganaderos de diversas regiones.

Para el CNA y la MIA, el Paro Nacional Agrario y Popular es la bandera que debía enarbolarse, en procura de la legalización de predios en poder de “raspachines” y campesinos, que han podido capitalizar recursos de la economía cocalera, en zonas hasta hace poco de colonización.

Hay en éstas propuestas un fondo político diverso, que explica el por qué el precio y subsidios son el tema prioritario para los primeros, mientras que para los otros dos, lo es la urgencia de examinar el problema de la concentración y acaparamiento de la tierra.

No será suficiente coincidir en el rechazo a la política neoliberal contenida en el Plan de Desarrollo y en particular al TLC con los Estados Unidos, al momento de establecer una agenta que permita la terminación exitosa del conflicto.

Y menos resultará fácil para la dirigencia que promueve el Paro Nacional Agrario, ni para el gobierno nacional, conciliar y dar respuesta, a la enorme problemática que plantean los sectores productivos antes mencionados.

Quizá por ello, el gobierno central busca aguardar que la protesta se desgaste o divida con los días, en medio de una brutal represión que deja muy cuestionada a la Policía Nacional y en particular a sus escuadrones móviles antidisturbios ESMAD.

Crucial ha de ser el rol que en el futuro inmediato pueden cumplir,  los actos de solidaridad al Paro Agrario, anunciados por los sectores de la minería artesanal, transportistas, trabajadores de la salud y educación, estudiantes,  centrales sindicales y organizaciones populares.


Una nueva visión de nuestro campo, parece vislumbrarse entre pequeños y medianos productores agropecuarios, campesinos y “raspachines”; poniendo en dificultades la reelección del presidente Juan Manuel Santos. 

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